Película de Aki Kaurismäki. Una fábula preciosa sobre la solidaridad, pero además un documental sobre que en la periferia del gran mundo de la CE, la gente vive casi como acá. Un todos los días de privaciones, de contar el mango. Le Havre no es lo mismo que París, ni sus barrios céntricos lo mismo que el callejón sin pavimentar donde viven Marcel y Arletty.
Lo que Kaurismäki recrea, igual que en La vida bohemia, es esa
Francia antigua y casi mítica de los ideales elevados, de ser libre
haciendo libre a los demás, del vino y la poesía y el amor como motor de
todas las glorias.
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