Propuesta de un balance que no subestime las continuidades. Lo que perdura y se consolida en lo económico y en ampliación de derechos. La desigualdad, la informalidad, los desafíos de segunda generación. Más Estado para responder a la crisis. El universo opositor. La calle en disputa. Demasiadas centrales obreras. Desafíos y brindis.
Por Mario Wainfeld
El venezolano Hugo Chávez y el norteamericano Barack Obama fueron reelegidos presidentes por sus pueblos, en este año que se va. El francés François Hollande y el español Mariano Rajoy relevaron, merced al voto, a sus adversarios políticos, caídos en desgracia. Los años electorales organizan a las sociedades, estructuran las instituciones, son la mejor marca para el balance político. En 2011, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner revalidó su legitimidad, con números formidables. Los pronunciamientos populares en las urnas tienen una densidad, un valor y un impacto que solo la mala fe o la banalidad pueden comparar con encuestas de imagen o de intención de voto. O con percepciones, siempre subjetivas o sectoriales, de “climas” o profecías de finales de ciclo.
Obama asumirá en enero. No es seguro qué pasará con el gran líder bolivariano, cuya salud pone en vilo a su patria y a toda la región. La cruel incertidumbre ilustra sobre la gravitación de los imponderables. La salud de grandes protagonistas es uno de los tantos avatares que sacude a la historia, agravando la dificultad para contarla día por día. Y, mucho más, trabando la vanidad de lanzar profecías que a menudo son corazonadas en cualquier acepción de la palabra.
Cuando no hay elecciones, los balances políticos se hacen más difíciles de estructurar y se corre el riesgo, tan propio del periodismo, de fascinarse por la enumeración de los hechos, en especial los que rompen la inercia cotidiana. Los balances mediáticos se engolosinan con plegarse a “las tapas de los diarios”, las “x” fotos que cifran la historia de un período convencional de 366 días. A diferencia de lo que ocurre en lo que hacen las personas comunes, cree el cronista, los analistas subestiman las continuidades, lo que persiste, lo que sigue andando, lo que está en pie.
Las peripecias, las rupturas, las innovaciones, las pérdidas materiales, las muertes dejan sellos imborrables. No se trata, más vale, de negarlos o de ningunearlos: a mayor gravedad o irreparabilidad mayor será el error.
Esto asumido, propone este escriba, lo que perdura tiene una centralidad que ciertos relatos dejan de lado o subvaloran.
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Estabilidad y sustentabilidad:
La sociedad argentina ha construido y conquistado 29 años continuos de democracia, lejos la mayor marca de su tumultuosa historia. El kirchnerismo lleva más de nueve, es una porción importante. Le vale como mérito compartido, también como instrumento para medir aciertos, errores y falencias. Gobernó casi un tercio de esta etapa, la “herencia” que recibió la Presidenta es de su propia cosecha, en una fracción alta.
La estabilidad desde 2003, la gobernabilidad, un nivel alto (comparado con los parámetros domésticos) de sustentabilidad política y económica... he ahí bastiones del oficialismo que el transcurso del tiempo solidifica. Se atravesaron crisis económicas, se repecharon derrotas políticas (una sola en el cuarto oscuro, pero una al fin). Se bancaron fugas de capitales, medidas de fuerza tremendas muy infrecuentes en otras latitudes, este año saqueos y movilizaciones callejeras masivas.
Se sostuvo, en lo básico, el “modelo”. Se suceden las rutinas democráticas, con estridencia y un pequeño puñado de episodios cuestionables aunque, básicamente, con calidad institucional más que razonable. Y con veredictos populares rotundos, dignificados por altos niveles de participación que siempre mueven la aguja.
Los millones de trabajadores que recobraron el empleo y están formalizados pugnan con la inflación, digamos en paridad. Llevan años de cobrar aguinaldo, tener vacaciones pagas, una cobertura de obra social que es imperfecta pero no inexistente.
Millones de personas que estaban condenadas a sobrellevar sus años últimos sin conchabo ni protección social, accedieron a la jubilación. La siguen cobrando. La puntualidad, los aumentos semestrales no tienen punto de comparación con lo sucedido desde 1976, salvo en lapsos muy efímeros.
La Asignación Universal por Hijo (AUH) clama por actualización de su valor, por ampliación parcial del universo cubierto, por la implementación por ley. Con esos faltantes, van más de tres años de continuidad que aliviaron el cotidiano de otros millones de hogares.
Los juicios que investigan las violaciones de derechos humanos se suceden con normalidad. Cubren casi todo el mapa nacional, pese a la resistencia de jueces y fiscales de muchas provincias. Hay más condenas, también algunas absoluciones que lastiman la sensibilidad de los familiares y las víctimas sobrevivientes. Al unísono, comprueban que los procesos no son parodias con la sentencia escrita de antemano, que las garantías rigen para todos.
Los matrimonios igualitarios se celebran y suceden, sin alharaca. Algunas parejas se separan, las reglas de la vida y la convivencia rigen para todos. Otras adoptan, tienen hijos. La ley de identidad de género innova y avanza en ese sentido de la ampliación de derechos.
Las elecciones de medio turno llegarán escalonadas, como lo son por regla. Moverán el tablero, qué duda cabe. Serán un eslabón más de una buena costumbre, firmemente instalada.
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Los años bisiestos:
En los tres mandatos, los años bisiestos fueron difíciles para el kirchnerismo. En abril de 2004, la irrupción desestabilizadora e imprevista de Juan Carlos Blumberg puso en vilo al ascenso formidable del presidente Néstor Kirchner. La tragedia de Cromañón para fin de año sacudió el escenario y se terminó llevando puesto al principal aliado de la ambiciosa “Transversalidad”.
En 2008 el conflicto por las retenciones móviles enhebró la avaricia feroz de las patronales agropecuarias con errores tácticos graves del Gobierno. Le dio una bandera de unidad a la oposición goleada en las urnas, excitó un federalismo sin programa nacional. Se catapultaron presidenciables alternativos. Ninguno llegó a serlo en 2011, pero eso era ignoto cuando transcurrían los hechos. La crisis económica mundial comenzaba a pegar, agravada por los vaivenes de la política local y por una sequía machaza.
En 2012 no llovió de menos sino de más. Los que conocen aseveran que las inundaciones son menos letales que “la seca” pero igual resienten el funcionamiento de una economía que mira demasiado al cielo. La dependencia de los climas stricto sensu es una fragilidad del “modelo” que apunta a un desarrollo integral y a la industrialización que son, por lo visto, un objetivo no concretado plenamente.
El crecimiento, la satisfacción creciente de necesidades, la creación de puestos de trabajo, la redistribución de la riqueza, un afán igualitario en lo material están entre las prioridades del kirchnerismo. Mucho se ha avanzado en ese sentido, aunque no en 2012. La informalidad sigue cementada en un nivel muy alto. La Encuesta Permanente de Hogares, otros indicadores como la cantidad de cuentas bancarias sueldo, el olfato indican que la creación de nuevos puestos formales cesó o retrocedió.
Los niveles de empleo acaso se mantuvieron, pero con ascenso de la proporción de laburantes menos protegidos. Los que no remarcan sus ingresos vía paritarias, los que padecen más las vicisitudes de los veranos sin changas, los que ganan menos que sus compañeros de clase, he ahí quienes más resienten las épocas de freno al crecimiento. Son, en cifras redondas, un tercio de la clase trabajadora, y un enorme de-safío pendiente. Las clásicas desigualdades han mermado bastante, que no lo suficiente. Las asimetrías al interior de la clase trabajadora son otro desafío pendiente y acuciante.
La salud, la vivienda y el transporte urbano de pasajeros son carencias de segunda generación que exigen seguramente algo más que un repunte de la economía. Penden como necesidades desde hace años. La tragedia ferroviaria de Once, 51 muertes evitables, transformó en herida social esa deuda y volvió a iluminar enormes carencias de gestión oficial. No han sido cubiertas y deberían estar en el primer lugar de la agenda pública.
Otro tanto ocurre con el “sistema de salud”, por darle nombre a un aglomerado de tres subsistemas: lo público, las Obras Sociales, las prepagas. El gasto per cápita conjunto es mucho más alto que los desempeños, que damnifican a todos los argentinos, en especial a los más vulnerables. La ausencia de políticas nacionales ahonda el problema. El ministerio del ramo es, tal vez, el que peor ha sido ocupado durante los dos mandatos de la presidenta Cristina.
La falta de viviendas para muchos ciudadanos y el hacinamiento urbano son problemas extendidos. A veces hacen chispa, ocurre a diario sin que salten a los medios. Se transforman en noticias cuando cunde la violencia: el parque Indoamericano, la zona de Ledesma, en cierta medida en los saqueos de este diciembre. Violencia familiar, agresiones sexuales a las mujeres, la proliferación de jóvenes “ni ni” que salen de sus casas y van a la esquina sin mejores horizontes que la vagancia, la violencia anómica o la merca. El problema es mayúsculo, imposible de reparar de un plumazo. Un año de merma de la obra pública y de la construcción privada es el peor contexto. Si, como todo lo indica, hay reactivación en 2013 la vivienda popular masiva debe ser una de las prioridades. El programa Pro.Cre.Ar es una notable iniciativa del Gobierno, cuya magnitud no alcanza para resolver plenamente el reto.
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Más Estado ante la crisis:
Pro.Cre.Ar integra el haz de acciones contracíclicas que dispuso el Gobierno cuya decisión básica, frente a un colapso de la economía internacional, fue acentuar la intervención estatal. Un rumbo encomiable, consistente con su ideología y sus mejores banderas. El activismo se manifestó en la defensa de los puestos de trabajo existentes y en el mantenimiento de la inversión social. En un terreno más jugado a futuro, remarquemos las movidas más ambiciosas, que no las únicas.
La reestatización de YPF, la reforma a la Carta Orgánica del Banco Central, la regulación del mercado de capitales y el cambio de paradigma respecto del atesoramiento de dólares. El sesgo es el mejor, aunque (¿porque?) solivianta a distintos sectores del establishment. Genera reacciones de colectivos poderosos, que se hacen fuertes con herramientas fácticas, porque las contiendas democráticas no le son propicias ni, tal vez, estimulantes.
A diferencia de otras grandes medidas del kirchnerismo (la AUH o la eutanasia de las AFJP, entre muchos ejemplos) los cambios sembrados en 2012 no generan frutos cosechables en el corto plazo. He ahí un dilema para un gobierno democrático, que está pendiente de la aprobación cotidiana de la ciudadanía.
El largo plazo no es la mejor carta de presentación en las elecciones. La bandera de YPF conmueve multitudes pero el consenso masivo exige que se trasunte en mejoras del abastecimiento o en una baja del déficit energético que derive fondos a otras áreas del Estado. Los préstamos que activó el Central contradicen el sentido común de la derecha nativa pero sus repercusiones todavía no se dejan ver en el bolsillo de los argentinos.
Las acciones están entre lo mejor disponible, sus frutos se verán más adelante.
Haber honrado la deuda externa sin desfondar las reservas, contra todos los augurios de los médicos brujos de la City, habilita un 2013 más aliviado en términos de pagos al exterior. La plata es fungible, lo que no va para afuera puede derramar adentro. Por añadidura, un mejor diferencial puede paliar las restricciones a las importaciones, que a menudo se implementaron con trazo muy grueso. El Estado más solvente puede ser el eje de la recuperación del crecimiento, sin el cual es muy peliagudo mantener los niveles de popularidad del oficialismo.
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Las oposiciones:
Ningún liderazgo opositor mejoró significativamente su posición relativa después de la debacle electoral.
El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, asegura que irá por la presidencia en 2015, aumentando la oferta de un mercado que rebosa candidatos pero es parco en liderazgos o hegemonías. En el distrito más rico del país, urbano él, también hace estragos la lluvia. Nada para mostrar tiene Macri como gestor, solo lo aúpan los medios dominantes y ser un abanderado para la derecha. Con tan poco es primus inter pares, lo que habla menos del primus que de la atonía de los pares.
El socialismo de Hermes Bi-nner tiene a su referente sin cargo institucional (o sea, resignado a ser comentarista en canales de cable) y padece los males de la gestión provincial. La policía brava le ha hecho poco favor al gobernador Antonio Bonfatti: vínculos con el narcotráfico y cuatro muertes violentas (una parece ser accidental) durante los saqueos. Mala performance para una fuerza que hace culto de la administración seria y la no violencia. Miguel del Sel, un bufón cualunquista, amenaza con una buena elección en un distrito que disputan las dos fuerzas más votadas a nivel nacional el año pasado. Un dato que ilustra acerca de riesgos que acechan al sistema político, del que todos los actores sistémicos deberían tomar nota.
En el radicalismo parece resurgir el ex vicepresidente Julio Cobos, acaso su mejor carta para hacer elección decorosa en una provincia. De nuevo, esa resurrección de un Judas habla más de sus contendientes internos que de las virtudes de “Cleto”.
El Peronismo Federal espera su turno, intensamente ligado a una caída abrupta del kirchnerismo. De vez en cuando trata de tirar del mantel para fomentar su fantasía. Poco más ha parido hasta ahora.
El secretario general de la CGT, Hugo Moyano, es un elefante en un bazar cuando juega a la política. Convoca sin ton ni son, se junta con cualquiera, difumina su perfil de luchador. Sus acciones más propicias para debilitar al Gobierno fueron las huelgas con bloqueos. Los actos tuvieron personalidad y concurrencias decrecientes. Es un alerta para el oficialismo y el sistema político: esa vía, la más eficaz, podrá repetirse.
La división de las CGT, ya que estamos, es uno de los acontecimientos políticos más deplorables del año. Las “fotos” de las dos centrales resultantes coinciden en algo: los dirigentes impresentables superan a los rescatables. La división del movimiento obrero, acentuada por el antecedente de la Central de Trabajadores Argentinos, debilita al conjunto. Dificulta las interlocuciones, torna ilusorio cualquier mecanismo similar al Consejo Económico y Social. Y convierte en utópicas acciones deseables como una batida contra la evasión patronal coprotagonizada por el Estado y los sindicatos.
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La calle:
Multitudes marcadamente opositoras ocuparon la calle, con una clara composición de clases medias y altas. La movilización exitosa les agrada a todos, sin duda insistirán en el recurso y la disputa del espacio público será un eje de los meses próximos. Cómo “cruzar” eso con la disputa electoral es, por ahora, un enigma indescifrable para la oposición.
En el terreno institucional, los partidos opositores ganaron terreno en dos acciones de obstrucción. Consiguieron vetar a Daniel Reposo como candidato a la Procuración General, para bien del sistema y en última instancia del propio Gobierno. E hizo agenda con el “no a la re-re”, que le permitió acciones vistosas y un prospecto de interpretación triunfalista para los comicios legislativos.
La sucesión presidencial será un eje de la problemática del oficialismo. No parece que pueda conseguir las exigentes mayorías parlamentarias para promover la reforma constitucional. Y sería muy peliagudo, en ese hipotético caso, que ganara con mayoría propia o aliada la elección para constituyentes. Tampoco da la impresión que la Presidenta ambicione jugar esa baraja. Cuando habló, más bien dijo lo contrario.
La Casa Rosada posterga, con buena lógica, avanzar sobre el punto cuya anticipación conviene a sus adversarios. Lo más probable es que la presidenta Cristina deba mirarse en el espejo de su ex par brasileño, Lula da Silva y buscar alguien que la suceda, validado por el peso de su propio carisma. Pero el porvenir es abierto y la primera misión del oficialismo es gobernar como lo vino haciendo... el apuro es de sus antagonistas, de los peronistas federales en especial.
El principal actor opositor sigue siendo el Grupo Clarín, embravecido por la ley de medios y por sucesivas derrotas en la “batalla cultural”. Su feroz intransigencia (que cada día trasgrede otro límite) damnifica la credibilidad periodística en tanto lo hace temible para la estabilidad democrática.
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Como la cigarra:
Ya es costumbre declarar concluido el ciclo del kirchnerismo. De momento, es la fuerza política más votada, la que congrega más militantes jóvenes, la que sostuvo la gobernabilidad con viento de cola o de proa, con la oposición amansada o en trances de tentación destituyente.
Esta columna rehúye la tentación futbolera de calcular si el 8-N o el 20-N ganaron, perdieron o empataron versus la movilización del 9 de diciembre. Pero sí consigna que ese acto iluminó la adhesión de sectores populares mezclados con integrantes de la clase media, supuestamente ajena al oficialismo. Entre ella, una cantidad nada desdeñable y creciente de militantes jóvenes. Minorías muy conscientes de sus derechos, como las que representan a los gays y a los pueblos originarios, le reclaman por ampliar sus derechos pero la prefieren a sus supuestas alternativas.
La palabra de la Presidenta nunca es protocolar ni hueca y sigue sacudiendo el escenario político. Ningún referente político consigue que una muchedumbre lo escuche con atención durante tres cuartos de hora, abigarrados en la Plaza histórica.
Se le cuestiona haber renovado su elenco con los jóvenes de La Cámpora o con la designación de Martín Sabbatella. El cronista discrepa. A su ver, la transfusión generacional es valiosa cuanto inexorable. Es más, cree que los cambios en el primer nivel del Gobierno deberían ser más numerosos e intensos. Eso no prejuzga sobre el desempeño de los que entran a la cancha, que deberán estar a la altura del poder que se les transmite.
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Foto y película:
Mucho tendrá que hacer el Gobierno para reparar desigualdades de viejo y nuevo cuño en los años venideros. Mucho para emprender reformas de segunda generación. Mucho para mantener su reputación y el favor que le prodigan las mayorías, con fuerte acento popular. No es su misión subsanar una falla del sistema republicano: la ausencia de una propuesta alternativa opositora atendible, vertebrada, progresista y con virtualidad electoral.
Son peculiares estas pampas. Se denuncia que se vive en una dictadura, mientras se dice de todo sobre el Gobierno y la primera mandataria. Una ex ministra kirchnerista es condenada en Tribunales, mientras los ex presidentes Carlos Menem y Fernando de la Rúa son absueltos respecto de delitos más graves. La Corte Suprema premia las chicanas de Clarín, prorrogando una medida cautelar infundada digna del Gui-nness, contra una ley que el Gobierno considera determinante. Si esto es una dictadura, las dictaduras dónde están.
El cronista cree que la Argentina tiene una democracia vibrante, con crecientes niveles de participación y politización. Y, fiel a validar las continuidades, reitera una costumbre profesional. Es la de brindar (¡ay!, de modo virtual) por un buen año para todas y todos los lectores que lo acompañan, lo gratifican y lo desvelan. Un año, como todos, de cambios y continuidades construidos por la dirigencia y también por la vivaz sociedad civil argentina, que ojalá siga siendo dueña de su destino.
domingo, 30 de diciembre de 2012
Margaret Thatcher quiso llegar a un acuerdo para evitar la guerra de Malvinas
REVELACIONES DE DOCUMENTOS SECRETOS BRITANICOS SOBRE LA GUERRA DE MALVINAS
James Bond, el mundial y el Belgrano
El Reino Unido desclasificó expedientes que dan cuentade que Thatcher quería llegar a un acuerdo para evitar la guerra. El planera de Ronald Reagan, que consideraba a la dictadura argentina como su principal aliada en América latina.
Por Marcelo Justo, desde Londres
La Dama de Hierro no era tan férrea. Los documentos declasificados por elArchivo Nacional británico muestran que la ex primera ministra Margaret Thatcherestaba dispuesta a llegar a un acuerdo con Argentina sobre el estatus y soberanía de lasMalvinas que evitara el enfrentamiento militar entre las dos naciones. En contraposición a la imagen intransigente de Thatcher las minutas sobre las reuniones del gabinete de guerra indican que la primera ministra consideró como un “premio considerable” una solución diplomática discutida a solo dos semanas de la toma de las islas el 2 de abril de 1982.
En esta solución se proponía que Argentina estuviera representada en el consejo gobernante de las islas y en una comisión interina que debería expedirse sobre el futuro de las Malvinas a fin de año a cambio de retirar sus fuerzas militares. “La retirada de los efectivos argentinos se conseguiría sin necesidad de recurrir a una acción militar. Argentina ganaría representación en el comité interino y el consejo local y un compromiso a negociar el futuro de las islas, pero sin garantía previa de que el resultado de la negociación será una transferencia de soberanía. Es repugnante que un agresor obtenga algo de su agresión, pero parece un precio aceptable a pagar”, señalabaThatcher en un documento desclasificado con la rúbrica de “Top secret”.
El plan en cuestión era estadounidense y se planteaba en el marco de la Guerra Fría. El gobierno de Ronald Reagan, que consideraba a la dictadura militar argentina como su principal aliada en América latina, buscaba por todos los medios una solución que le evitara enemistarse con un régimen que consideraba clave en la lucha contrainsurgente regional por el asesoramiento que ofrecían a las fuerzas represivas en El Salvador o a los contras que buscaban derrocar al sandinismo en Nicaragua. Según las minutas del gabinete de Thatcher, el principal obstáculo al plan era la intransigencia de la junta militar argentina. “El presidente Galtieri es un acohólico, aparentemente incapaz de pensamiento racional”, señalan las minutas del gabinete de guerra del 22 de abril.
El hundimiento del General Belgrano (definido durante un almuerzo en la residencia de fin de semana de la primera ministra) y del plan de paz promovido por el presidente peruano Fernando Belaúnde a principios de mayo prácticamente cerraron el camino diplomático, pero aún el 19 de mayo, dos días antes de que las fuerzas británicas desembarcaran en las Malvinas, Thatcher le señaló al gabinete que en “un sincero intento de evitar el derramamiento de sangre, el Reino Unido no ha insistido en que se implementen todas nuestras demandas”.
El presidente Ronald Reagan, que había dado finalmente su apoyo al gobierno británico, intentó a último momento una salida más honrosa para las Fuerzas Armadas argentinas. Una nota de las reuniones del gabinete de guerra revela detalles de la conversación telefónica que tuvo con Thatcher el 1º de junio, 13 días antes de que el general Mario Menéndez se rindiera a las fuerzas británicas comandadas por el generalJeremy Moore.
“El presidente Reagan dijo que Estados Unidos consideraba imperativo que el Reino Unido mostrara su disposición al diálogo. Dado que el Reino Unido tiene ahora una clara ventaja militar debería aprovecharla para llegar a un acuerdo”, señala la nota. A lo que Thatcher respondió que el presidente “actuaría igual si Alaska hubiera sido amenazada de la misma manera”.
Los documentos secretos del Archivo Nacional tienen dos curiosidades. En un plan digno de James Bond, el fiscal general británico sir Michael Havers exhortó a la primera ministra a robar los famosos misiles Exocet franceses con que la aviación argentina había atacado exitosamente a la armada británica. En una nota enviada el 1º de junio Havers reconocía que su plan era “digno de James Bond”.
La idea era adquirir los derechos de transporte de los Exocet que Francia estaba exportando a Perú –y que de allí se dirigirían a Argentina– para terminar llevándose la carga a las islas Bermudas.
Dos días antes, el 30 de mayo, Thatcher le había escrito un telegrama al presidente francés François Mitterrand pidiéndole que postergara la entrega de los Exocet. “Sería un desastre para la alianza (…europea…). Ni usted ni yo queremos eso”, le señalóThatcher a Mitterrand.
El Mundial de Fútbol de 1982 en España también sufrió el impacto del conflicto. ElReino Unido consideró la posibilidad de retirar a Inglaterra, Escocia e Irlanda del Norte y ejerció presión sobre la FIFA para que Argentina –campeona mundial del ’78– no participara en el evento.
El temor era que los equipos tuvieran que enfrentarse en los octavos de final o –muchísimo más improbable futbolísticamente hablando– en la final. Ninguna de las dos cosas ocurrió y hubo que esperar a la copa del mundo en México en 1986 para que Argentina se enfrentara a Inglaterra y la venciera dos a uno, con aquellos dos famosos goles de Diego Maradona, el primero, rebautizado por el jugador (y nunca olvidado por la prensa británica), “la mano de Dios”.
James Bond, el mundial y el Belgrano
El Reino Unido desclasificó expedientes que dan cuentade que Thatcher quería llegar a un acuerdo para evitar la guerra. El planera de Ronald Reagan, que consideraba a la dictadura argentina como su principal aliada en América latina.
Por Marcelo Justo, desde Londres
La Dama de Hierro no era tan férrea. Los documentos declasificados por elArchivo Nacional británico muestran que la ex primera ministra Margaret Thatcherestaba dispuesta a llegar a un acuerdo con Argentina sobre el estatus y soberanía de lasMalvinas que evitara el enfrentamiento militar entre las dos naciones. En contraposición a la imagen intransigente de Thatcher las minutas sobre las reuniones del gabinete de guerra indican que la primera ministra consideró como un “premio considerable” una solución diplomática discutida a solo dos semanas de la toma de las islas el 2 de abril de 1982.
En esta solución se proponía que Argentina estuviera representada en el consejo gobernante de las islas y en una comisión interina que debería expedirse sobre el futuro de las Malvinas a fin de año a cambio de retirar sus fuerzas militares. “La retirada de los efectivos argentinos se conseguiría sin necesidad de recurrir a una acción militar. Argentina ganaría representación en el comité interino y el consejo local y un compromiso a negociar el futuro de las islas, pero sin garantía previa de que el resultado de la negociación será una transferencia de soberanía. Es repugnante que un agresor obtenga algo de su agresión, pero parece un precio aceptable a pagar”, señalabaThatcher en un documento desclasificado con la rúbrica de “Top secret”.
El plan en cuestión era estadounidense y se planteaba en el marco de la Guerra Fría. El gobierno de Ronald Reagan, que consideraba a la dictadura militar argentina como su principal aliada en América latina, buscaba por todos los medios una solución que le evitara enemistarse con un régimen que consideraba clave en la lucha contrainsurgente regional por el asesoramiento que ofrecían a las fuerzas represivas en El Salvador o a los contras que buscaban derrocar al sandinismo en Nicaragua. Según las minutas del gabinete de Thatcher, el principal obstáculo al plan era la intransigencia de la junta militar argentina. “El presidente Galtieri es un acohólico, aparentemente incapaz de pensamiento racional”, señalan las minutas del gabinete de guerra del 22 de abril.
El hundimiento del General Belgrano (definido durante un almuerzo en la residencia de fin de semana de la primera ministra) y del plan de paz promovido por el presidente peruano Fernando Belaúnde a principios de mayo prácticamente cerraron el camino diplomático, pero aún el 19 de mayo, dos días antes de que las fuerzas británicas desembarcaran en las Malvinas, Thatcher le señaló al gabinete que en “un sincero intento de evitar el derramamiento de sangre, el Reino Unido no ha insistido en que se implementen todas nuestras demandas”.
El presidente Ronald Reagan, que había dado finalmente su apoyo al gobierno británico, intentó a último momento una salida más honrosa para las Fuerzas Armadas argentinas. Una nota de las reuniones del gabinete de guerra revela detalles de la conversación telefónica que tuvo con Thatcher el 1º de junio, 13 días antes de que el general Mario Menéndez se rindiera a las fuerzas británicas comandadas por el generalJeremy Moore.
“El presidente Reagan dijo que Estados Unidos consideraba imperativo que el Reino Unido mostrara su disposición al diálogo. Dado que el Reino Unido tiene ahora una clara ventaja militar debería aprovecharla para llegar a un acuerdo”, señala la nota. A lo que Thatcher respondió que el presidente “actuaría igual si Alaska hubiera sido amenazada de la misma manera”.
Los documentos secretos del Archivo Nacional tienen dos curiosidades. En un plan digno de James Bond, el fiscal general británico sir Michael Havers exhortó a la primera ministra a robar los famosos misiles Exocet franceses con que la aviación argentina había atacado exitosamente a la armada británica. En una nota enviada el 1º de junio Havers reconocía que su plan era “digno de James Bond”.
La idea era adquirir los derechos de transporte de los Exocet que Francia estaba exportando a Perú –y que de allí se dirigirían a Argentina– para terminar llevándose la carga a las islas Bermudas.
Dos días antes, el 30 de mayo, Thatcher le había escrito un telegrama al presidente francés François Mitterrand pidiéndole que postergara la entrega de los Exocet. “Sería un desastre para la alianza (…europea…). Ni usted ni yo queremos eso”, le señalóThatcher a Mitterrand.
El Mundial de Fútbol de 1982 en España también sufrió el impacto del conflicto. ElReino Unido consideró la posibilidad de retirar a Inglaterra, Escocia e Irlanda del Norte y ejerció presión sobre la FIFA para que Argentina –campeona mundial del ’78– no participara en el evento.
El temor era que los equipos tuvieran que enfrentarse en los octavos de final o –muchísimo más improbable futbolísticamente hablando– en la final. Ninguna de las dos cosas ocurrió y hubo que esperar a la copa del mundo en México en 1986 para que Argentina se enfrentara a Inglaterra y la venciera dos a uno, con aquellos dos famosos goles de Diego Maradona, el primero, rebautizado por el jugador (y nunca olvidado por la prensa británica), “la mano de Dios”.
sábado, 29 de diciembre de 2012
Cuestiones de tiempo (la Justicia nos desvela)
Ley de Medios. La Corte, la cámara, Alfonso de vacaciones. Clarin respira…
Por Mario Wainfeld
Antes de la llegada de la sacrosanta feria de enero la Corte Suprema resolvió los dos recursos interpuestos por el Estado Nacional. Rechazó ambos: el per saltum por unanimidad e invocando motivos formales atendibles, el extraordinario con argumentos de pobreza franciscana. Eugenio Raúl Zaffaroni votó en disidencia, lo que lo distingue y le hace honor.
La mayoría (incluyendo a Zaffaroni y excluyendo a Carmen Argibay) ratificó lo que ya había dicho sobre la terminación del plazo concedido a la concesionaria por el artículo 161 de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LdSCA).
La cuestión de fondo seguirá su trámite, hará escala en la Cámara en lo Civil y Comercial antes de recalar en la Corte para que ésta dicte la sentencia final. El itinerario no es tan cuestionable como la precariedad de los razonamientos de la sentencia y un manifiesto doble standard en el modo de imponer dinamismo (hace un ratito apenas) al juez de Primera Instancia y (ayer) a la Cámara.
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No saltarás.
El per saltum se desestima en cinco líneas. No procede, afirma la Corte y por cierto era forzado que se valiera del recurso el Estado, que ganó en primera instancia. Por añadidura, el tribunal mira con malos ojos al recurso de per saltum, dosifica su uso. Considera más sensato que el expediente, de marcada importancia institucional, recorra tres instancias. Es sensato ese criterio, no costaba nada explicitarlo para condimentar (por una vez) con franqueza al ritualismo.
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El año ya pasó, caramba.
La Corte ya se había pronunciado con relación al año otorgado a los concesionarios para adecuarse a las restricciones antitrust de la LdSCA. Pero la Cámara en lo Clarín y Comercial le tomó el pelo: adujo otra interpretación, la más generosa con el Multimedios. Era una burla al Tribunal, al que éste responde con precisión aunque con blandura.
La Cámara pecaba de inconsistencia: si Clarín disponía de un año de gracia, la ansiógena medida cautelar perdía razón de ser. Se derrumbaba el riesgo inminente, uno de sus pilares. Pero a los camaristas no los mueve el rigor sino la sumisión. La Corte (re)puso las cosas en su lugar. Algo queda claro: si al final del largo recorrido se convalida la constitucionalidad, el trámite de oficio quedará allanado. En ese trance hipotético, recobraría vigencia la notificación a Clarín efectuada por el titular de la Agencia de Servicios de Comunicación Audiovisual, Martín Sabbatella.
La Corte consigna este aspecto como una victoria parcial del Estado. Es demasiado decir ya que se redunda en lo ya expresado, aunque el punto podrá ser decisivo en su momento. La jueza Argibay no quiso expedirse sobre este punto, candente en el debate público basándose en formulismos vacíos. Falsa asepsia (que tira para un lado), podría decirse, o criterio “obtuso” como la fulmina el blog Saber Derecho.
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Un silencio estrepitoso.
La jerga jurídica explica menos de lo que confunde, para eso se inventó como describieran Franz Kafka y Michel Foucault. Hay excepciones, claro. Por ejemplo el recurso extraordinario es, en efecto, extraordinario.
A diferencia de las apelaciones, no sale “por ventanilla” ni se aplica a diferencias de criterio con el tribunal inferior. Exige graves fallas en la sentencia, que sea “arbitraria” o sea una violación flagrante del derecho aplicable, por decirlo fácil. La Corte, en un parco puñado de renglones, estipula que la prolongación de la medida cautelar de la Cámara no es chocante. Mirado con ligereza y ritualismo, el argumento parece zafar.
El problema es que la Corte omite, ni menciona, un hecho fundamental: la sentencia de primera instancia que rechaza la demanda. No es una pavada, sino un hito del proceso. Líneas antes se mentó uno de los pilares de las medidas cautelares, otro es la verosimilitud del derecho alegado.
Una sentencia en contra demuele o erosiona esa verosimilitud.
Es de manual, está en los Códigos. La elusión de la Corte es un flanco ladino de un fallo que contiene otros.
Hasta podría imaginarse, a título de hipótesis, que los Supremos estimaran que la verosimilitud sobrelleva ese revés. Debieron consignarlo y fundarlo. No les hubiera sido sencillo: el dictamen de la Procuradora Alejandra Gils Carbó propone lo contrario, de modo fundado y contundente. Los cortesanos no están forzados a seguir al dictamen ni siquiera a citarlo, pero al escurrirse sinceran la endeblez de su posición.
Zaffaroni fundó su disidencia en el dictamen sin agregar razonamientos de su coleto. Un modo de ahorrarse reproches contra una resolución que le pareció mala. Acaso también de mantener cierto clima de “paz interior” que el presidente Ricardo Lorenzetti estimula, mientras opera para imponer sus criterios y apuntalar su liderazgo interno. La sentencia, en sus vericuetos, elipsis y bizantinismos (quizá en sus chocantes limitaciones), tiene su marca.
El cronista, como Gils Carbó y Zaffaroni, cree que la persistencia de “no innovar” quebranta al derecho aplicable. La Corte, ella misma lo escribió ayer, “no se encuentra limitada en su decisión por los argumentos de las partes o de la Cámara, sino que le incumbe realizar una declaración sobre (lo) disputado”.
Así las cosas, no debía gambetear sopesar qué vale la sentencia de Alfonso. Es válido que haya diferencias de pareceres, no que una sentencia deje a un lado elementos esenciales. Tal es uno de los motivos de la arbitrariedad, mire usted.
- – -
Cómo inclinar la cancha.
Un núcleo fáctico, central, es el tiempo que tardará la Cámara en dictar sentencia, mientras pervive la cautelar. El Código le concede sesenta días desde que el expediente llegó al Tribunal.
Cuando Alfonso demoraba su pronunciamiento y Clarín estaba nerviosho, la Corte exigió a Su Señoría que se pusiera las pilas.
Lo urgió a pronunciarse, lo hizo correr a sacar fotocopias. Y, sobre todo, “habilitó días y horas inhábiles” variando el plazo para decidir. Los términos procesales se miden en días hábiles, quedandUnos meses más y una feria tranqui.o excluidos sábados, domingos, feriados y la feria mensual.
Los Supremos, con sencilla practicidad, imprimieron dinamismo al expediente… cuando a Clarín le urgía.
Ahora, cuando la corporación descansa sobre la cautelar, aplican un standard distinto, blanden una doble vara sin tomarse la molestia de explicar por qué. Inclinan la cancha, en términos futboleros: manejan una escala dual según la camiseta del litigante.
Reniegan de su acierto anterior, lo suplen por una exhortación carente de imperium: “requerir a la Cámara para que se expida dentro de la mayor brevedad posible”. No se arbitra medida alguna que transforme la súplica en orden o en acto de autoridad. Su densidad y vigencia semejan (¿cómo decirlo en lenguaje técnico?) los de un suspiro en una canasta.
Todo indica que la Cámara, que tiene la camiseta puesta, dilatará los trámites todo lo que pueda. La sola lentitud será un beneficio para Clarín, que siempre jugó a demorar. El juez Edmundo Carbone ya le prodigó favores similares, con la aquiescencia de la Corte.
El Grupo apuesta desde 2009 a un cambio de escenario político, esa ambición se reescribe pero no se resigna. Y en todo caso, seguir ejercitando las concesiones es un beneficio en sí mismo.
El lector minucioso podrá aducir que el cronista especula con virtualidades. Y que el futuro está abierto. Así es, aunque agregando que la profecía se hace tomando en cuenta a los precedentes y a los protagonistas.
¿Puede ser que, sin ninguna exigencia de la Corte, los Camaristas atiendan a sus palabras huecas y honren su súplica?
En el campo de lo hipotético podría ser. Acaso tuvieran un inesperado arranque de decoro. Acaso, por razones hoy no perceptibles, Clarín prefiriera apurar el paso. Son porvenires posibles. Habrá que ver.
Es, en cambio, irrefutable que la Corte ha sido funcional a eventuales tácticas dilatorias de los letrados de Clarín y de la Cámara. Que, en Tribunales, el que quiere demorar suele ganar siempre en ese rubro.
Y que el que maneja el trámite tiene cien artilugios a mano para demorar la sentencia, el cronista ni las menciona para no dar ideas. Y, se ratifica, que el mes de enero no cuenta en los plazos. Un mes de gracia para empezar, casi nada.
- – -
Unos meses más y una feria tranqui.
Unos meses más, qué le hacen al tigre, susurran en el cuarto piso de Tribunales. Entre tanto, la Afsca deberá decidir si prosigue con “los demás” procesos de adecuación o si los suspende.
Y el oficialismo, sofrenar reflejos belicistas y avenirse a otra decisión injusta, como lo ha hecho todo el tiempo, allende su retórica encendida.
Habrá que ver la magnitud de la nueva prórroga. Entre tanto, algo es seguro. Los integrantes de la Corte podrán tomarse vacaciones, como lo hacen año a año. Y, quién le dice, los Camaristas también podrán holgazanear sin plazos que los urjan.
Tal vez el juez Francisco de las Carreras pueda hacer otro de sus viajecitos bancados por un tentáculo de Clarín. Una práctica que algunos señalamos como nociva y hasta descalificadora. La corporación de los jueces (abarcando a la Asociación de Magistrados y por lo visto a la Corte), da la impresión, la considera una costumbre macanuda.
Por Mario Wainfeld
Antes de la llegada de la sacrosanta feria de enero la Corte Suprema resolvió los dos recursos interpuestos por el Estado Nacional. Rechazó ambos: el per saltum por unanimidad e invocando motivos formales atendibles, el extraordinario con argumentos de pobreza franciscana. Eugenio Raúl Zaffaroni votó en disidencia, lo que lo distingue y le hace honor.
La mayoría (incluyendo a Zaffaroni y excluyendo a Carmen Argibay) ratificó lo que ya había dicho sobre la terminación del plazo concedido a la concesionaria por el artículo 161 de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LdSCA).
La cuestión de fondo seguirá su trámite, hará escala en la Cámara en lo Civil y Comercial antes de recalar en la Corte para que ésta dicte la sentencia final. El itinerario no es tan cuestionable como la precariedad de los razonamientos de la sentencia y un manifiesto doble standard en el modo de imponer dinamismo (hace un ratito apenas) al juez de Primera Instancia y (ayer) a la Cámara.
- – -
No saltarás.
El per saltum se desestima en cinco líneas. No procede, afirma la Corte y por cierto era forzado que se valiera del recurso el Estado, que ganó en primera instancia. Por añadidura, el tribunal mira con malos ojos al recurso de per saltum, dosifica su uso. Considera más sensato que el expediente, de marcada importancia institucional, recorra tres instancias. Es sensato ese criterio, no costaba nada explicitarlo para condimentar (por una vez) con franqueza al ritualismo.
- – -
El año ya pasó, caramba.
La Corte ya se había pronunciado con relación al año otorgado a los concesionarios para adecuarse a las restricciones antitrust de la LdSCA. Pero la Cámara en lo Clarín y Comercial le tomó el pelo: adujo otra interpretación, la más generosa con el Multimedios. Era una burla al Tribunal, al que éste responde con precisión aunque con blandura.
La Cámara pecaba de inconsistencia: si Clarín disponía de un año de gracia, la ansiógena medida cautelar perdía razón de ser. Se derrumbaba el riesgo inminente, uno de sus pilares. Pero a los camaristas no los mueve el rigor sino la sumisión. La Corte (re)puso las cosas en su lugar. Algo queda claro: si al final del largo recorrido se convalida la constitucionalidad, el trámite de oficio quedará allanado. En ese trance hipotético, recobraría vigencia la notificación a Clarín efectuada por el titular de la Agencia de Servicios de Comunicación Audiovisual, Martín Sabbatella.
La Corte consigna este aspecto como una victoria parcial del Estado. Es demasiado decir ya que se redunda en lo ya expresado, aunque el punto podrá ser decisivo en su momento. La jueza Argibay no quiso expedirse sobre este punto, candente en el debate público basándose en formulismos vacíos. Falsa asepsia (que tira para un lado), podría decirse, o criterio “obtuso” como la fulmina el blog Saber Derecho.
- – -
Un silencio estrepitoso.
La jerga jurídica explica menos de lo que confunde, para eso se inventó como describieran Franz Kafka y Michel Foucault. Hay excepciones, claro. Por ejemplo el recurso extraordinario es, en efecto, extraordinario.
A diferencia de las apelaciones, no sale “por ventanilla” ni se aplica a diferencias de criterio con el tribunal inferior. Exige graves fallas en la sentencia, que sea “arbitraria” o sea una violación flagrante del derecho aplicable, por decirlo fácil. La Corte, en un parco puñado de renglones, estipula que la prolongación de la medida cautelar de la Cámara no es chocante. Mirado con ligereza y ritualismo, el argumento parece zafar.
El problema es que la Corte omite, ni menciona, un hecho fundamental: la sentencia de primera instancia que rechaza la demanda. No es una pavada, sino un hito del proceso. Líneas antes se mentó uno de los pilares de las medidas cautelares, otro es la verosimilitud del derecho alegado.
Una sentencia en contra demuele o erosiona esa verosimilitud.
Es de manual, está en los Códigos. La elusión de la Corte es un flanco ladino de un fallo que contiene otros.
Hasta podría imaginarse, a título de hipótesis, que los Supremos estimaran que la verosimilitud sobrelleva ese revés. Debieron consignarlo y fundarlo. No les hubiera sido sencillo: el dictamen de la Procuradora Alejandra Gils Carbó propone lo contrario, de modo fundado y contundente. Los cortesanos no están forzados a seguir al dictamen ni siquiera a citarlo, pero al escurrirse sinceran la endeblez de su posición.
Zaffaroni fundó su disidencia en el dictamen sin agregar razonamientos de su coleto. Un modo de ahorrarse reproches contra una resolución que le pareció mala. Acaso también de mantener cierto clima de “paz interior” que el presidente Ricardo Lorenzetti estimula, mientras opera para imponer sus criterios y apuntalar su liderazgo interno. La sentencia, en sus vericuetos, elipsis y bizantinismos (quizá en sus chocantes limitaciones), tiene su marca.
El cronista, como Gils Carbó y Zaffaroni, cree que la persistencia de “no innovar” quebranta al derecho aplicable. La Corte, ella misma lo escribió ayer, “no se encuentra limitada en su decisión por los argumentos de las partes o de la Cámara, sino que le incumbe realizar una declaración sobre (lo) disputado”.
Así las cosas, no debía gambetear sopesar qué vale la sentencia de Alfonso. Es válido que haya diferencias de pareceres, no que una sentencia deje a un lado elementos esenciales. Tal es uno de los motivos de la arbitrariedad, mire usted.
- – -
Cómo inclinar la cancha.
Un núcleo fáctico, central, es el tiempo que tardará la Cámara en dictar sentencia, mientras pervive la cautelar. El Código le concede sesenta días desde que el expediente llegó al Tribunal.
Cuando Alfonso demoraba su pronunciamiento y Clarín estaba nerviosho, la Corte exigió a Su Señoría que se pusiera las pilas.
Lo urgió a pronunciarse, lo hizo correr a sacar fotocopias. Y, sobre todo, “habilitó días y horas inhábiles” variando el plazo para decidir. Los términos procesales se miden en días hábiles, quedandUnos meses más y una feria tranqui.o excluidos sábados, domingos, feriados y la feria mensual.
Los Supremos, con sencilla practicidad, imprimieron dinamismo al expediente… cuando a Clarín le urgía.
Ahora, cuando la corporación descansa sobre la cautelar, aplican un standard distinto, blanden una doble vara sin tomarse la molestia de explicar por qué. Inclinan la cancha, en términos futboleros: manejan una escala dual según la camiseta del litigante.
Reniegan de su acierto anterior, lo suplen por una exhortación carente de imperium: “requerir a la Cámara para que se expida dentro de la mayor brevedad posible”. No se arbitra medida alguna que transforme la súplica en orden o en acto de autoridad. Su densidad y vigencia semejan (¿cómo decirlo en lenguaje técnico?) los de un suspiro en una canasta.
El Grupo apuesta desde 2009 a un cambio de escenario político, esa ambición se reescribe pero no se resigna. Y en todo caso, seguir ejercitando las concesiones es un beneficio en sí mismo.
El lector minucioso podrá aducir que el cronista especula con virtualidades. Y que el futuro está abierto. Así es, aunque agregando que la profecía se hace tomando en cuenta a los precedentes y a los protagonistas.
¿Puede ser que, sin ninguna exigencia de la Corte, los Camaristas atiendan a sus palabras huecas y honren su súplica?
En el campo de lo hipotético podría ser. Acaso tuvieran un inesperado arranque de decoro. Acaso, por razones hoy no perceptibles, Clarín prefiriera apurar el paso. Son porvenires posibles. Habrá que ver.
Es, en cambio, irrefutable que la Corte ha sido funcional a eventuales tácticas dilatorias de los letrados de Clarín y de la Cámara. Que, en Tribunales, el que quiere demorar suele ganar siempre en ese rubro.
Y que el que maneja el trámite tiene cien artilugios a mano para demorar la sentencia, el cronista ni las menciona para no dar ideas. Y, se ratifica, que el mes de enero no cuenta en los plazos. Un mes de gracia para empezar, casi nada.
- – -
Unos meses más y una feria tranqui.
Unos meses más, qué le hacen al tigre, susurran en el cuarto piso de Tribunales. Entre tanto, la Afsca deberá decidir si prosigue con “los demás” procesos de adecuación o si los suspende.
Y el oficialismo, sofrenar reflejos belicistas y avenirse a otra decisión injusta, como lo ha hecho todo el tiempo, allende su retórica encendida.
Habrá que ver la magnitud de la nueva prórroga. Entre tanto, algo es seguro. Los integrantes de la Corte podrán tomarse vacaciones, como lo hacen año a año. Y, quién le dice, los Camaristas también podrán holgazanear sin plazos que los urjan.
Tal vez el juez Francisco de las Carreras pueda hacer otro de sus viajecitos bancados por un tentáculo de Clarín. Una práctica que algunos señalamos como nociva y hasta descalificadora. La corporación de los jueces (abarcando a la Asociación de Magistrados y por lo visto a la Corte), da la impresión, la considera una costumbre macanuda.
Justicia y poder
Más allá de los antecedentes de probidad que, eventualmente, pudieran tener los distintos representantes de la justicia, es evidente que hay una articulación con las estructuras del poder real, las corporaciones y el poder político del statu quo. Como consecuencia siempre existirá una férrea resistencia ante cualquier cambio del "orden" preestablecido, sobre todo, si éste modifica las relaciones de privilegios de una verdadera casta que tuvo el control de todo el país y de sus habitantes.
La corrupción articulada es su forma de operación. ¿Estamos ante una situación inmodificable? Claro que no, pero evidentemente hay que modificar las reglas con que se van a jugar los próximos acontecimientos. Para avanzar y profundizarse, el proyecto nacional y popular debe romper esas barreras históricas que han puesto un cepo al desarrollo y necesidades de un pueblo.
¿Cuáles son las herramientas? Creo que la fundamental es la participación y movilización popular permanente, acompañando a la conducción estratégica de Cristina, para desarticular las relaciones espúreas y corruptas entre jueces, empresarios, funcionarios, políticos y religiosos. La necesidad de la reforma judicial es imperiosa para lograr una justicia independiente en sí misma, o que al menos actúe como tal en función de que todas las miradas están puestas en ella.
Y si de reforma judicial hablamos, viene a la mente la reforma de la constitución: con viejas herramientas no se pueden fabricar cosas nuevas.
Frente Kumpas Capital.
La corrupción articulada es su forma de operación. ¿Estamos ante una situación inmodificable? Claro que no, pero evidentemente hay que modificar las reglas con que se van a jugar los próximos acontecimientos. Para avanzar y profundizarse, el proyecto nacional y popular debe romper esas barreras históricas que han puesto un cepo al desarrollo y necesidades de un pueblo.
¿Cuáles son las herramientas? Creo que la fundamental es la participación y movilización popular permanente, acompañando a la conducción estratégica de Cristina, para desarticular las relaciones espúreas y corruptas entre jueces, empresarios, funcionarios, políticos y religiosos. La necesidad de la reforma judicial es imperiosa para lograr una justicia independiente en sí misma, o que al menos actúe como tal en función de que todas las miradas están puestas en ella.
Y si de reforma judicial hablamos, viene a la mente la reforma de la constitución: con viejas herramientas no se pueden fabricar cosas nuevas.
Frente Kumpas Capital.
miércoles, 26 de diciembre de 2012
Épocas de austeridad. Remedios medievales
Europa moderna, remedios medievales
Por Paul Krugman
Europa me ha sorprendido con su resistencia política: la disposición de los países deudores a soportar un sufrimiento aparentemente interminable y la capacidad del Banco Central Europeo para hacer solo lo justo, en el último minuto, a fin de calmar los mercados cuando la situación parece a punto de estallar.
Pero la economía de la austeridad ha ido siguiendo el guión al pie de la letra (el guión keynesiano, claro está, no el austeriano).
Una y otra vez, los tecnócratas “responsables” inducen a sus países a tragar la amarga píldora de la austeridad. Y una y otra vez, no consiguen que dé resultado.
El ejemplo ilustrativo más reciente es Italia, donde el primer ministro Mario Monti —un buen tipo, profundamente sincero— anunciaba hace poco que deja el cargo antes de tiempo, en última instancia porque sus políticas están conduciendo a Italia a la depresión. (Y sí, para que conste, esto significa que Italia no conocerá al verdadero Monti).
¿Y cuál es la respuesta? Mantened el rumbo, dicen los eurócratas. Empezará a funcionar en cualquier momento; ¡ya viene el hada de la confianza! El economista Kevin O’Rourke da en el clavo: Europa se ha convertido en un continente en el que los buenos tiempos siempre están a la vuelta de la esquina.
En realidad es como la medicina medieval, cuando los médicos sangraban a los pacientes para tratar sus enfermedades y, cuando la sangría les hacía empeorar, los médicos los sangraban todavía más.
El FMI y los controles de capital
El Fondo Monetario Internacional ha dicho ahora, oficialmente, que los controles de capital —límites impuestos a los movimientos internacionales de fondos— tienen su utilidad.
Según un artículo de The Financial Times publicado el 3 de diciembre:
“El Fondo Monetario Internacional ha consolidado un giro ideológico considerable al aceptar el uso de controles directos para moderar los volátiles flujos interfronterizos de capital, como los empleados por los países con mercados emergentes en los últimos años. Aunque el fondo sigue advirtiendo de que dichos controles deben ser ‘específicos, transparentes y en general temporales’, la política, anunciada en un documento para el personal publicado recientemente, supone un cambio radical respecto al entusiasmo del fondo por liberalizar las cuentas de capital durante la década de 1990”. El documento, titulado “La liberalización y la gestión de los flujos de capital: una visión institucional” puede consultarse en imf.org.
Se trata en esencia de una codificación de prácticas recientes; el FMI ya ha dado luz verde a los controles de capital en países concretos, como Islandia. Aun así, supone un giro interesante, otro indicador de la sorprendente flexibilidad intelectual de la que hace gala últimamente el FMI.
Y me trae recuerdos de la crisis asiática de los años noventa, cuando me vi inmerso en este debate.
© 2012 New York Times
Traducción de News Clips.
Por Paul Krugman
Europa me ha sorprendido con su resistencia política: la disposición de los países deudores a soportar un sufrimiento aparentemente interminable y la capacidad del Banco Central Europeo para hacer solo lo justo, en el último minuto, a fin de calmar los mercados cuando la situación parece a punto de estallar.
Pero la economía de la austeridad ha ido siguiendo el guión al pie de la letra (el guión keynesiano, claro está, no el austeriano).
Una y otra vez, los tecnócratas “responsables” inducen a sus países a tragar la amarga píldora de la austeridad. Y una y otra vez, no consiguen que dé resultado.
El ejemplo ilustrativo más reciente es Italia, donde el primer ministro Mario Monti —un buen tipo, profundamente sincero— anunciaba hace poco que deja el cargo antes de tiempo, en última instancia porque sus políticas están conduciendo a Italia a la depresión. (Y sí, para que conste, esto significa que Italia no conocerá al verdadero Monti).
¿Y cuál es la respuesta? Mantened el rumbo, dicen los eurócratas. Empezará a funcionar en cualquier momento; ¡ya viene el hada de la confianza! El economista Kevin O’Rourke da en el clavo: Europa se ha convertido en un continente en el que los buenos tiempos siempre están a la vuelta de la esquina.
En realidad es como la medicina medieval, cuando los médicos sangraban a los pacientes para tratar sus enfermedades y, cuando la sangría les hacía empeorar, los médicos los sangraban todavía más.
El FMI y los controles de capital
El Fondo Monetario Internacional ha dicho ahora, oficialmente, que los controles de capital —límites impuestos a los movimientos internacionales de fondos— tienen su utilidad.
Según un artículo de The Financial Times publicado el 3 de diciembre:
“El Fondo Monetario Internacional ha consolidado un giro ideológico considerable al aceptar el uso de controles directos para moderar los volátiles flujos interfronterizos de capital, como los empleados por los países con mercados emergentes en los últimos años. Aunque el fondo sigue advirtiendo de que dichos controles deben ser ‘específicos, transparentes y en general temporales’, la política, anunciada en un documento para el personal publicado recientemente, supone un cambio radical respecto al entusiasmo del fondo por liberalizar las cuentas de capital durante la década de 1990”. El documento, titulado “La liberalización y la gestión de los flujos de capital: una visión institucional” puede consultarse en imf.org.
Se trata en esencia de una codificación de prácticas recientes; el FMI ya ha dado luz verde a los controles de capital en países concretos, como Islandia. Aun así, supone un giro interesante, otro indicador de la sorprendente flexibilidad intelectual de la que hace gala últimamente el FMI.
Y me trae recuerdos de la crisis asiática de los años noventa, cuando me vi inmerso en este debate.
© 2012 New York Times
Traducción de News Clips.
lunes, 24 de diciembre de 2012
Gracias
Por Eduardo Aliverti en Página/12
Por lo demás, ésta es una nota de agradecimiento que, si se quiere, incluye todo lo anterior en buena medida.
En el cierre del año, unas fotos, unas imágenes, unas juntadas obscenas del agua con el aceite, un fracaso rotundo y, finalmente o antes que todo, una falta de respeto, le simplificaron al periodista un recorrido de balance puntilloso. Se trata del acto del miércoles pasado, bajo convocatoria de una comparsa que tanto puede ser calificada de indescifrable como de inmoral. Quizá sea mejor recurrir a Horacio Verbitsky, quien la rotuló como uno de los episodios más extravagantes que la política argentina produjo en años. Casi lo más impresionante, sin embargo, es que una murga de esa calidad no pudo llenar la Plaza de Mayo con la salvedad de la visión de Clarín, cuya crónica del mamarracho fue desopilante. En foto central de portada habló de un “masivo acto del sindicalismo opositor”. Y a página 3 volanteó en letras coloradas “Marcha a la Plaza”, como si hubiera sido la analogía de Mao al frente del Ejército Rojo chino en octubre de 1936. Debajo de esa grandilocuencia, el cronista escribió que el cálculo de Pablo Micheli, estimando 70 mil personas, fue desmentido por la realidad de que en la plaza podía circularse cómodamente. Por favor, un editor ahí, lo más rápido posible. Más aún cuando, a continuación, el artículo de “análisis” clarinesco citó al vacío como “demostración de fuerza que debería preocupar a Cristina Kirchner”, “gran protesta”, “triunfo de un aceitado mecanismo de organización” y otros exabruptos. La Nación, en cambio, registró fotográficamente que el papelón fue indisimulable. Una vez más: la diferencia entre un órgano de elite mitrista que, al margen de gorilismo y racismo ancestrales, no come vidrio respecto de lo que puede esperarse con un circo opositor de esta naturaleza, y un oligopolio decadente que, de ya no saber a qué aferrarse, se agarra de lo que sea. Saquemos la siguiente y elemental cuenta. Una Plaza de Mayo raleada, para vergüenza de su historia, con los parroquianos de los bares circundantes sin moverse de sus lugares, a la que reclamó concurrencia el moyanismo más una fracción de la CTA y el cleptócrata. Se plegaron la UCR, Buzzi, Pino, los chinos y el PO. Es irrelevante que pudiera faltar en la nómina algún otro grupo alienígena. Si los propios organizadores frenaron su euforia en 70 mil personas, que de por sí es una cifra módica para las expectativas que intentaron crear, podemos negociar –siendo concesivos– en algo menos de la mitad (por lo general, esa ecuación es la que mejor se acerca a los números auténticos de las concentraciones: se toma el guarismo de manifestantes que da la Policía, siempre el más bajo, y el de los convocantes, inevitablemente el más alto. Y se saca el promedio entre ambos). Pero resulta que a esos 30 o 35 mil asistentes, en términos de trascendencia opositora, hay que restarle el aporte de los nucleamientos de izquierda eternamente radicalizada. Son siempre unos cuantos miles, con tan baja intensidad política y representación electoral como significativa visibilidad callejera. Si, encima, el resto de la concurrencia provino con estrictez de los aparatos sindicales que organizaron, la conclusión es fatal: no sumaron a nadie. El 8N tuvo masividad. Careció de toda consigna unificadora y plan de acción, pero fue capaz de aglutinar dispersiones de clase media. En el 9D, el kirchnerismo hizo estallar la plaza y sus alrededores, junto con gran potencia numérica en varios puntos del país, gracias a presencias orgánicas pero también de muchísima gente suelta. Lo del miércoles, en cambio –y disculpas por la obviedad– fue un bochorno cuya pobreza numérica tiene la única causa del ser un efecto vergonzante. El propio discurso de Moyano, que se perdió entre apelaciones evangélicas, su madre jubilada y la ausencia de frases provocativa (excepto la de “este gobierno maldito”), fue demostración de que predica sin convencimiento de sí mismo. Cabría preguntarse, frente a lo deshilachado de su arenga, cuánto le habrá impactado ver esa plaza semivacía, sin épica, sin calor. Sin nada, salvo el resentimiento contra un gobierno que no continuó ofertándole casi todo lo que quería y al que apoyaba entusiasmado, militante, hasta hace menos de un año.
Aunque quedó dicho, tampoco sería justo centralizar la crítica en el conductor camionero e, inclusive, la rigurosidad obliga a ser más duro con los satélites que entraron a su órbita. Después de todo, Moyano es un negociador de pesada gremial que opera en el toma y daca de las representaciones sindicales. Y de última, por lo menos tiene la fidelidad de su tropa. Genera un rechazo virtualmente unánime entre los sectores medios y en el mundo mismo de la clase trabajadora, pero los pocos porotos con que cuenta se los ganó. Todo lo contrario, ¿dónde meter la menudencia de Buzzi? No hablemos ya de que no fue competente ni para arrimar algún tractor de protesta a la plaza. No hubo ni una sola columna de pequeños productores agrarios, de esos que según él simbolizan la expoliación del modelo contra el sufrimiento del campo. ¿No le daba para pagar un micro, aunque sea? ¿Una pancarta? ¿Alguien vestido de gaucho? ¿No los convocó? ¿No los tiene? Pero, seguramente, la expresión máxima de impotencia y algo más es el caso del hijo de Alfonsín. Venía de reconocer que a los argentinos les está yendo bien en lo económico, así dijo, con esa literalidad, y que mientras sea así no hay con qué darle a Cristina. En la práctica se desdijo y situó a la UCR llamando a la plaza. En el partido, según fue público, se produjo una controversia de aquéllas porque, claro, pegar el radicalismo a Moyano, y a lo que Moyano encarna, es un poquito fuerte. Empero, hicieron homenaje a la ineptitud y terminaron como en una de las escenas de La vida de Brian, la película inglesa que muestra en asamblea interminable a los seguidores de Cristo, mientras están crucificándolo. La cosa es que hay una foto majestuosa, del miércoles, publicada por Ambito Financiero. Avanzan unos tipos, desperdigados entre sí, con banderas radicales. Deben ser cincuenta. Cien, con toda la furia. En algún aspecto, es una foto dolorosa. Un partido que supo ser de masas bien que coyunturalmente, que le ganó al peronismo, que despertó alguna utopía de libertades civiles, que tuvo un líder tan contradictorio como cualquiera, pero líder al fin, con semblanza de enfrentarse a poderosos, convertido en esto. En esta miseria anatómica y de ideario.
El periodista piensa en si, acaso, no es ésta una crónica opinada que repara con exceso en la insignificancia, previsible, de un acto opositor. Más cuando le sobrevinieron los acontecimientos de jueves y viernes. Pero, asimismo, no encuentra la manera de que esa pequeñez no se agrande hasta constituir una imagen, difícil de superar, en torno de lo que hay en danza en Argentina a propósito de las fuerzas u opciones contrapuestas realmente existentes. Incluso, la estatización del predio de la Rural y los sucesos de violencia se subsumen en esa lógica. Y otro tanto acontece, por aquello de la falta de respeto, con haber elegido un 19 de diciembre para manifestarse por el mínimo no imponible y algún otro reclamo desparramado que emparienta a los manifestantes con los caceroleros, sin perjuicio de lo justificado de algunas de esas exigencias.
Así que gracias a Moyano, al hijo de Alfonsín, a Pino, a la Corriente Clasista y Combativa, al PO, a Buzzi, a Micheli, al Momo Venegas, al cleptócrata y al raquitismo que expusieron.
Facilitaron enormemente lo arduo de un balance político.
Con
el resultado puesto, tienta pensar que lo sucedido era harto probable. Y
que se escaparon varias tortugas del área de Inteligencia por su
impericia para preverlo. Sin embargo, eso no cambiaría que en la base de
los episodios está la mano ostentosa, obvia, de quienes necesitan
climas de violencia para sustituir el apoyo popular que sigue
escapándoseles sin remedio.
Si se empieza por las consecuencias, va de suyo que hay bolsones no
resueltos de pobreza estructural que, encendida la mecha, habrán de
irradiarla. Las zonas de los saqueos coinciden con ello, aunque fue
visible que, en tanto “saqueo” como sinónimo de desesperación, no
estamos hablando de eso. Sí de atracos cuya característica primera es lo
meramente delincuencial, organizado, a todas luces. Hasta la prensa
opositora debió resignarse a admitir que el móvil no es el hambre.
Circulan algunos nombres propios de lo que el sentido común identifica
como responsables: punteros, dirigentes sindicales, jefes territoriales
con bandas siempre prestas y algunos grupejos que corren por izquierda.
Si hay claridad política al respecto, más debe haberla en cuanto a no
confundirse sobre los riesgos de la etapa que se vive, y que no tiene
que ver en absoluto con los sucesos de hace once años. Entonces sí era
cuestión de un país hambreado y estallado por obra de una corrupción
modélica, que nos dejó con la mitad de los habitantes por debajo de la
línea de pobreza. Hoy no hay ninguna reproducción de ese caos, ni
política ni social ni económicamente, si es que esos tres rangos fueran
diferenciables. Del resto puede conjeturarse lo que se quiera, pero de
eso no. Eso es así. El tema es que, justamente porque la Argentina no se
relaciona en nada con la de 2001/2002, vienen quedándose afuera dos
grandes bloques de poder: una parte del establishment de la economía que
ya no interviene en las decisiones políticas, y una parte del
sindicalismo y de los aparatos tribales, históricamente acostumbrados a
las prebendas del peronismo como partido de Estado. Este peronismo,
sobre todo desde la gestión de Cristina, marcha en camino opuesto a esa
costumbre. Y de esto tampoco puede dudarse. Los cruces acusatorios entre
el Gobierno y la cúpula de una de las CGT tampoco varían ese escenario:
lo corroboran. Sí puede anotarse que las afirmaciones oficialistas
constituyeron lo esperable. No así que poco después de que ese sector
gremial fuera señalado, la situación tendió a normalizarse. No es un
dato de imputación. Sólo una constancia objetiva.Por lo demás, ésta es una nota de agradecimiento que, si se quiere, incluye todo lo anterior en buena medida.
En el cierre del año, unas fotos, unas imágenes, unas juntadas obscenas del agua con el aceite, un fracaso rotundo y, finalmente o antes que todo, una falta de respeto, le simplificaron al periodista un recorrido de balance puntilloso. Se trata del acto del miércoles pasado, bajo convocatoria de una comparsa que tanto puede ser calificada de indescifrable como de inmoral. Quizá sea mejor recurrir a Horacio Verbitsky, quien la rotuló como uno de los episodios más extravagantes que la política argentina produjo en años. Casi lo más impresionante, sin embargo, es que una murga de esa calidad no pudo llenar la Plaza de Mayo con la salvedad de la visión de Clarín, cuya crónica del mamarracho fue desopilante. En foto central de portada habló de un “masivo acto del sindicalismo opositor”. Y a página 3 volanteó en letras coloradas “Marcha a la Plaza”, como si hubiera sido la analogía de Mao al frente del Ejército Rojo chino en octubre de 1936. Debajo de esa grandilocuencia, el cronista escribió que el cálculo de Pablo Micheli, estimando 70 mil personas, fue desmentido por la realidad de que en la plaza podía circularse cómodamente. Por favor, un editor ahí, lo más rápido posible. Más aún cuando, a continuación, el artículo de “análisis” clarinesco citó al vacío como “demostración de fuerza que debería preocupar a Cristina Kirchner”, “gran protesta”, “triunfo de un aceitado mecanismo de organización” y otros exabruptos. La Nación, en cambio, registró fotográficamente que el papelón fue indisimulable. Una vez más: la diferencia entre un órgano de elite mitrista que, al margen de gorilismo y racismo ancestrales, no come vidrio respecto de lo que puede esperarse con un circo opositor de esta naturaleza, y un oligopolio decadente que, de ya no saber a qué aferrarse, se agarra de lo que sea. Saquemos la siguiente y elemental cuenta. Una Plaza de Mayo raleada, para vergüenza de su historia, con los parroquianos de los bares circundantes sin moverse de sus lugares, a la que reclamó concurrencia el moyanismo más una fracción de la CTA y el cleptócrata. Se plegaron la UCR, Buzzi, Pino, los chinos y el PO. Es irrelevante que pudiera faltar en la nómina algún otro grupo alienígena. Si los propios organizadores frenaron su euforia en 70 mil personas, que de por sí es una cifra módica para las expectativas que intentaron crear, podemos negociar –siendo concesivos– en algo menos de la mitad (por lo general, esa ecuación es la que mejor se acerca a los números auténticos de las concentraciones: se toma el guarismo de manifestantes que da la Policía, siempre el más bajo, y el de los convocantes, inevitablemente el más alto. Y se saca el promedio entre ambos). Pero resulta que a esos 30 o 35 mil asistentes, en términos de trascendencia opositora, hay que restarle el aporte de los nucleamientos de izquierda eternamente radicalizada. Son siempre unos cuantos miles, con tan baja intensidad política y representación electoral como significativa visibilidad callejera. Si, encima, el resto de la concurrencia provino con estrictez de los aparatos sindicales que organizaron, la conclusión es fatal: no sumaron a nadie. El 8N tuvo masividad. Careció de toda consigna unificadora y plan de acción, pero fue capaz de aglutinar dispersiones de clase media. En el 9D, el kirchnerismo hizo estallar la plaza y sus alrededores, junto con gran potencia numérica en varios puntos del país, gracias a presencias orgánicas pero también de muchísima gente suelta. Lo del miércoles, en cambio –y disculpas por la obviedad– fue un bochorno cuya pobreza numérica tiene la única causa del ser un efecto vergonzante. El propio discurso de Moyano, que se perdió entre apelaciones evangélicas, su madre jubilada y la ausencia de frases provocativa (excepto la de “este gobierno maldito”), fue demostración de que predica sin convencimiento de sí mismo. Cabría preguntarse, frente a lo deshilachado de su arenga, cuánto le habrá impactado ver esa plaza semivacía, sin épica, sin calor. Sin nada, salvo el resentimiento contra un gobierno que no continuó ofertándole casi todo lo que quería y al que apoyaba entusiasmado, militante, hasta hace menos de un año.
Aunque quedó dicho, tampoco sería justo centralizar la crítica en el conductor camionero e, inclusive, la rigurosidad obliga a ser más duro con los satélites que entraron a su órbita. Después de todo, Moyano es un negociador de pesada gremial que opera en el toma y daca de las representaciones sindicales. Y de última, por lo menos tiene la fidelidad de su tropa. Genera un rechazo virtualmente unánime entre los sectores medios y en el mundo mismo de la clase trabajadora, pero los pocos porotos con que cuenta se los ganó. Todo lo contrario, ¿dónde meter la menudencia de Buzzi? No hablemos ya de que no fue competente ni para arrimar algún tractor de protesta a la plaza. No hubo ni una sola columna de pequeños productores agrarios, de esos que según él simbolizan la expoliación del modelo contra el sufrimiento del campo. ¿No le daba para pagar un micro, aunque sea? ¿Una pancarta? ¿Alguien vestido de gaucho? ¿No los convocó? ¿No los tiene? Pero, seguramente, la expresión máxima de impotencia y algo más es el caso del hijo de Alfonsín. Venía de reconocer que a los argentinos les está yendo bien en lo económico, así dijo, con esa literalidad, y que mientras sea así no hay con qué darle a Cristina. En la práctica se desdijo y situó a la UCR llamando a la plaza. En el partido, según fue público, se produjo una controversia de aquéllas porque, claro, pegar el radicalismo a Moyano, y a lo que Moyano encarna, es un poquito fuerte. Empero, hicieron homenaje a la ineptitud y terminaron como en una de las escenas de La vida de Brian, la película inglesa que muestra en asamblea interminable a los seguidores de Cristo, mientras están crucificándolo. La cosa es que hay una foto majestuosa, del miércoles, publicada por Ambito Financiero. Avanzan unos tipos, desperdigados entre sí, con banderas radicales. Deben ser cincuenta. Cien, con toda la furia. En algún aspecto, es una foto dolorosa. Un partido que supo ser de masas bien que coyunturalmente, que le ganó al peronismo, que despertó alguna utopía de libertades civiles, que tuvo un líder tan contradictorio como cualquiera, pero líder al fin, con semblanza de enfrentarse a poderosos, convertido en esto. En esta miseria anatómica y de ideario.
El periodista piensa en si, acaso, no es ésta una crónica opinada que repara con exceso en la insignificancia, previsible, de un acto opositor. Más cuando le sobrevinieron los acontecimientos de jueves y viernes. Pero, asimismo, no encuentra la manera de que esa pequeñez no se agrande hasta constituir una imagen, difícil de superar, en torno de lo que hay en danza en Argentina a propósito de las fuerzas u opciones contrapuestas realmente existentes. Incluso, la estatización del predio de la Rural y los sucesos de violencia se subsumen en esa lógica. Y otro tanto acontece, por aquello de la falta de respeto, con haber elegido un 19 de diciembre para manifestarse por el mínimo no imponible y algún otro reclamo desparramado que emparienta a los manifestantes con los caceroleros, sin perjuicio de lo justificado de algunas de esas exigencias.
Así que gracias a Moyano, al hijo de Alfonsín, a Pino, a la Corriente Clasista y Combativa, al PO, a Buzzi, a Micheli, al Momo Venegas, al cleptócrata y al raquitismo que expusieron.
Facilitaron enormemente lo arduo de un balance político.
jueves, 20 de diciembre de 2012
Extravagancias
Por Horacio Verbitsky en Página/12
Al hablar de los jubilados rindió homenaje a una mujer de 95 años que, según dijo, sólo cobraba 1800 pesos mensuales, más la pensión de su esposo. La señora vive en una casa construida con un crédito del Banco Hipotecario Nacional y tiene la suerte de que sus tres hijos puedan ayudarla, dijo el camionero. Recién al terminar el párrafo aclaró que se refería a su mamá. La propaganda oficial nunca logró una mejor descripción de los logros gubernativos, con la actualización bianual de jubilaciones y pensiones por encima de la inflación y con una situación laboral en la que los hombres tienen buenos trabajos y pueden darles algunos gustos a sus madres viudas. Sólo el extravío del sentido de la realidad puede presentar este feliz caso como un ejemplo dramático. Lo mismo vale para sus ironías sobre el compromiso de CFK con los derechos humanos a la misma hora en que la Justicia condenaba a prisión perpetua al ex ministro Jaime Lamont Smart, el primer civil sentenciado por crímenes de lesa humanidad, como muy bien destacó el portal de La Nación.
¿Qué habrá pensado al oírlo Pablo Micheli, que participó en algunos de los centenares de rondas frente al Congreso durante la década en que las jubilaciones estuvieron congeladas y que culminó con la reducción de un 13 por ciento de su valor nominal, junto con el de los sueldos estatales? Antes de Moyano, el dirigente que está perdiendo el control de ATE (ya fue derrotado en las seccionales del Litoral y el plenario de delegados de Capital se rehusó a seguir su inconsulta convocatoria sin practicar la democracia sindical que pregona) anunció próximos paros y movilizaciones. Si cumple su promesa, no hará más que fortalecer a un gobierno que, por contraste, sabe qué intereses populares defiende y hacia dónde se propone seguir avanzando.
El
acto de ayer en Plaza de Mayo fue uno de los episodios más extravagantes
que la política argentina ha producido en años, lo cual no es poco
decir. La mezcla de opuestos que participaron hubiera requerido un acto
de ilusionismo antes que una conducción política para simular alguna
congruencia. Conciliar en un todo coherente a los trabajadores de
servicios mejor pagos del país, como petroleros y camioneros, con los
estatales que padecen un retraso de sus remuneraciones; a las
dirigencias patronales de rentistas agropecuarios que alquilan sus
campos en dólares con los trabajadores precarios que los maoístas de la
CCC organizan en los barrios; a los elegantes caceroleros que consideran
un atentado a la libertad la restricción para atesorar divisas en el
exterior con las diversas banderías de la paleoizquierda que reclaman la
estatización del comercio exterior y la banca; al filósofo de la
cleptocracia Luis Barrionuevo con el cineasta de la resistencia Fernando
Solanas; al vicepresidente de YPF, Guillermo Pereyra, con los ideólogos
de la revolución permanente solo en la universidad; al epítome de la
derecha duhaldista Jerónimo Venegas con la enfermera trotskista Vilma
Ripoll; al oportunismo profesional de los libres del sur con el
principismo republicano de Ricardo Alfonsín, mezclar tanto aceite y
tanto vinagre en una ensalada completa es una tarea que excede las
posibilidades de Hugo Moyano. No basta con citar a Perón, que ni él
podía tanto.
Pero hubo cumbres del grotesco, comenzando por la elección de la
fecha, en la que la dirigencia radical sólo debería hacer acto de
contrición y decidirse de una vez a pedir perdón por la masacre con que
se despidió su último gobierno, hace once años, con cinco muertos en la
Capital y otros treinta en el resto del país, en aplicación de un estado
de sitio ilegal que nunca declaró el Congreso. Y siguiendo por el
discurso de Moyano, con reivindicación sindical de derechos laborales
pero propuesta político partidaria y electoral, en la que es imposible
que coincida la forzada amalgama a la que recurrió para que no pudiera
medirse hasta qué punto ha menguado su poder de convocatoria.Al hablar de los jubilados rindió homenaje a una mujer de 95 años que, según dijo, sólo cobraba 1800 pesos mensuales, más la pensión de su esposo. La señora vive en una casa construida con un crédito del Banco Hipotecario Nacional y tiene la suerte de que sus tres hijos puedan ayudarla, dijo el camionero. Recién al terminar el párrafo aclaró que se refería a su mamá. La propaganda oficial nunca logró una mejor descripción de los logros gubernativos, con la actualización bianual de jubilaciones y pensiones por encima de la inflación y con una situación laboral en la que los hombres tienen buenos trabajos y pueden darles algunos gustos a sus madres viudas. Sólo el extravío del sentido de la realidad puede presentar este feliz caso como un ejemplo dramático. Lo mismo vale para sus ironías sobre el compromiso de CFK con los derechos humanos a la misma hora en que la Justicia condenaba a prisión perpetua al ex ministro Jaime Lamont Smart, el primer civil sentenciado por crímenes de lesa humanidad, como muy bien destacó el portal de La Nación.
¿Qué habrá pensado al oírlo Pablo Micheli, que participó en algunos de los centenares de rondas frente al Congreso durante la década en que las jubilaciones estuvieron congeladas y que culminó con la reducción de un 13 por ciento de su valor nominal, junto con el de los sueldos estatales? Antes de Moyano, el dirigente que está perdiendo el control de ATE (ya fue derrotado en las seccionales del Litoral y el plenario de delegados de Capital se rehusó a seguir su inconsulta convocatoria sin practicar la democracia sindical que pregona) anunció próximos paros y movilizaciones. Si cumple su promesa, no hará más que fortalecer a un gobierno que, por contraste, sabe qué intereses populares defiende y hacia dónde se propone seguir avanzando.
miércoles, 19 de diciembre de 2012
¿CASTELLANO o ESPAÑOL?
Algo que me golpea cada vez que lo escucho, es oir que llaman a nuestro idioma, Español, cuando en realidad, el idioma que hablamos, es Castellano.
Numerosos periodistas y Medios, en nuestro país, llaman Español al idioma que hablamos.
Me llamó poderosamente la atención, que un periodista como Victor Hugo Morales, e incluso nuestra Presidenta (Ambos que casi nunca se equivocan) lo denominaran así.
Considero que esto se debe a años y años de escuchar que lo llaman así.
Intereses ocultos, promueven que se lo mencione como Español, llevándonos a una subliminal forma de #ColonialismoCultural.
Un ejemplo válido, es destacar que multimedios desenmascarados por entregarnos a intereses extranjeros, lo llaman Español.
En la actualidad, España promueve la confusión, como capitalización.
Ahora, la cuestión es: Que idioma hablamos ?
Durante la conquista, llegaron a nuestras tierras, españoles que hablaban muchos idiomas, aunque mayoritariamente, usaron el Castellano.
Muchos creen que en España sólo se habkó y se habla el castellano. Otros, que únicamente se hablan cuatro idiomas. La realidad es más compleja. Voy a hacer un breve repaso a dichas lenguas.
Las cuatro principales, son:
1. Castellano. Se habla en toda España. Lengua oficial del Estado. 45.000.000 de personas. Dominante en todos sus territorios aun en los que tienen una lengua propia.
2. Gallego. Oficial en Galicia. 2.600.000 hablantes. Está estrechamente emparentada con el portugués, con el que estuvo unido en la Edad Media.
3. Asturiano. También conocido como bable. Se habla en Asturias. Una ley lo reconoce como lengua.
4. Cántabro. También conocido como montañés. Se habla en Cantabria. 120.000 personas. Luego hay muchos otros, como el Extremeño , Fala Galaico-Extremeña., Vasco. o Euskera
Altoaragonés. ,Aragonés oriental. ,Aranés. ,Catalán. ,Valenciano. ,Balear. ,Murciano. ,Silbo gomero. y Caló.
En este momento, en el que se está enseñando nuestra verdadera historia, considero que es importante establecer la diferencia.
Estamos cortando cadenas, hagámoslo en todo sentido.
No voy a extenderme demasiado, en una cuestión como ésta, que es tan evidente.
Señores, nosotros, los Argentinos, hablamos Castellano.
Dan Costas
martes, 18 de diciembre de 2012
Un avance irreversible
Por Atilio A. Boron *
¿Cuál es la principal lección que puede extraerse de lo ocurrido el domingo pasado? A nuestro juicio, que las transformaciones sociales, económicas, políticas y culturales que tuvieron lugar a lo largo de catorce años de hegemonía chavista han tenido un calado tan hondo que aun en ausencia del líder histórico y fundador del movimiento sus voceros y sucesores están en condiciones de derrotar ampliamente a sus adversarios. Más allá de las controversias que, ante los ojos de las clases y capas su-balternas, pudiera suscitar uno u otro personaje del elenco bolivariano, ellos son percibidos como representantes de la nueva etapa histórica por la que comenzó a transitar Venezuela desde comienzos de 1999, y ese pueblo no está dispuesto a regresar al pasado. La oposición, al menos hasta ahora, no aparece como una alternativa ni cuenta con un referente capaz de derrotar al chavismo. Cuesta pensar que en la eventualidad de una elección presidencial –precipitada por la inhabilitación absoluta que pudiera tener Hugo Chávez para asumir la presidencia– Capriles pudiera construir un liderazgo que, más allá de la mercadotecnia política ofrecida y financiada por Estados Unidos, tuviera la fuerza necesaria como para oponerse a la eficacia práctica del legado histórico del chavismo. Es decir, a la ciudadanización de grandes masas tradicionalmente excluidas y explotadas y a los grandes avances en materia de salud, educación, cultura, vivienda, seguridad social y recreación.
En este sentido podría arriesgarse la hipótesis de que el proceso bolivariano habría pasado un punto de no retorno, constituyendo una sólida y perdurable mayoría electoral suficientemente blindada ante los ocasionales sinsabores de la coyuntura o las frustraciones provocadas por algunas decepcionantes (y puntuales) experiencias de gobierno. La historia del Partido del Congreso en la India, del PRI en México y del peronismo en la Argentina son otros tantos ejemplos que confirman que cuando la hegemonía electoral se asienta sobre las raíces de un proceso de profundas transformaciones –aun cuando se encuentre en curso, como es el caso de Venezuela–, la correlación de fuerzas que se arraiga en el plano de lo social y que opone a ricos y pobres, capitalistas y trabajadores, no puede dejar de proyectarse sobre los procesos políticos electorales. Esto fue lo que ocurrió en las recientes elecciones venezolanas, que ratifica lo que expresara Fidel en su carta a Nicolás Maduro, el 15 de diciembre, cuando dijo que tenía la seguridad de que por dolorosa que fuese la ausencia de Chávez, los venezolanos “serían capaces de continuar su obra”. Quienes también van a continuar su obra van a ser los imperialistas y sus aliados locales, de modo que será preciso mantenerse en una actitud de permanente vigilancia. Porque, si no pudieron derrotar al chavismo en las elecciones sólo por un alarde de ingenuidad podría pensarse que ahora archivarán sus proyectos de dominación y se quedarán de brazos cruzados, resignados ante el inapelable veredicto de las urnas.
* Director del PLED, Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini.
El
PSUV obtuvo una victoria arrasadora en las elecciones venezolanas. La
derecha esperaba que, ante la enfermedad del presidente Hugo Chávez,
cundieran el desaliento y la resignación que harían morder el polvo de
la derrota a los bolivarianos. Ocurrió exactamente lo contrario: el
chavismo avanzó en los grandes bastiones de la oposición, que sólo pudo
retener tres de los siete estados que antes controlaba. Triunfó en
Zulia, emporio petrolero y el estado con mayor población, y en Carabobo,
núcleo industrial del país. Aparte se alzó con la victoria en Táchira,
estado fronterizo con Colombia y ruta preferencial de paramilitares y
narcos para sembrar el terror en Venezuela; y en la insular Nueva
Esparta.
Hay un par de casos que merecen un párrafo aparte: en Zulia el
candidato de la derecha, Pablo Pérez, no pudo ser reelecto perdiendo
casi 85.000 votos en el camino y bajando del 53 por ciento, obtenido en
las elecciones del 2008, al 48 por ciento. Mientras, el candidato
chavista subía del 45 al 52 por ciento, cosechando una clarísima
victoria en un estado que había sido tradicionalmente hostil a los
bolivarianos. Y en Miranda el ex candidato presidencial Henrique
Capriles ni siquiera mantuvo su caudal electoral: había obtenido el 53
por ciento en el 2008 y logró el 52 por ciento anteayer, reduciendo el
margen de su victoria y fracasando en su apuesta –y la de toda la
derecha y el imperio– de transformar su protagonismo en la reciente
pugna presidencial en un trampolín que lo instalase como el gran
contendor del chavismo para las elecciones presidenciales que
eventualmente pudieran tener lugar en el caso de que Chávez no asumiera
la presidencia el próximo 10 de enero.¿Cuál es la principal lección que puede extraerse de lo ocurrido el domingo pasado? A nuestro juicio, que las transformaciones sociales, económicas, políticas y culturales que tuvieron lugar a lo largo de catorce años de hegemonía chavista han tenido un calado tan hondo que aun en ausencia del líder histórico y fundador del movimiento sus voceros y sucesores están en condiciones de derrotar ampliamente a sus adversarios. Más allá de las controversias que, ante los ojos de las clases y capas su-balternas, pudiera suscitar uno u otro personaje del elenco bolivariano, ellos son percibidos como representantes de la nueva etapa histórica por la que comenzó a transitar Venezuela desde comienzos de 1999, y ese pueblo no está dispuesto a regresar al pasado. La oposición, al menos hasta ahora, no aparece como una alternativa ni cuenta con un referente capaz de derrotar al chavismo. Cuesta pensar que en la eventualidad de una elección presidencial –precipitada por la inhabilitación absoluta que pudiera tener Hugo Chávez para asumir la presidencia– Capriles pudiera construir un liderazgo que, más allá de la mercadotecnia política ofrecida y financiada por Estados Unidos, tuviera la fuerza necesaria como para oponerse a la eficacia práctica del legado histórico del chavismo. Es decir, a la ciudadanización de grandes masas tradicionalmente excluidas y explotadas y a los grandes avances en materia de salud, educación, cultura, vivienda, seguridad social y recreación.
En este sentido podría arriesgarse la hipótesis de que el proceso bolivariano habría pasado un punto de no retorno, constituyendo una sólida y perdurable mayoría electoral suficientemente blindada ante los ocasionales sinsabores de la coyuntura o las frustraciones provocadas por algunas decepcionantes (y puntuales) experiencias de gobierno. La historia del Partido del Congreso en la India, del PRI en México y del peronismo en la Argentina son otros tantos ejemplos que confirman que cuando la hegemonía electoral se asienta sobre las raíces de un proceso de profundas transformaciones –aun cuando se encuentre en curso, como es el caso de Venezuela–, la correlación de fuerzas que se arraiga en el plano de lo social y que opone a ricos y pobres, capitalistas y trabajadores, no puede dejar de proyectarse sobre los procesos políticos electorales. Esto fue lo que ocurrió en las recientes elecciones venezolanas, que ratifica lo que expresara Fidel en su carta a Nicolás Maduro, el 15 de diciembre, cuando dijo que tenía la seguridad de que por dolorosa que fuese la ausencia de Chávez, los venezolanos “serían capaces de continuar su obra”. Quienes también van a continuar su obra van a ser los imperialistas y sus aliados locales, de modo que será preciso mantenerse en una actitud de permanente vigilancia. Porque, si no pudieron derrotar al chavismo en las elecciones sólo por un alarde de ingenuidad podría pensarse que ahora archivarán sus proyectos de dominación y se quedarán de brazos cruzados, resignados ante el inapelable veredicto de las urnas.
* Director del PLED, Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini.
¿Control o cepo? Donde mueren las palabras
Por Mario Rapoport y Ricardo Vicente * en Página/12
Con
aviesa intención se denomina “cepo cambiario” a un instrumento de
política económica empleado por una infinidad de países: el control de
cambios. A través del mismo las autoridades monetarias procuran
influenciar directamente en el balance de pagos. En nuestro país,
paradójicamente lo implementaron los conservadores liberales en 1931,
cuando en el curso de la crisis internacional Gran Bretaña abandonó el
patrón oro y consecuentemente provocó la caía de la libra. Entonces, se
incentivaron las actividades especulativas con divisas y la retención
del cambio por parte de los exportadores, por lo que el gobierno de
facto del general Uriburu creó por decreto la “Comisión de Control de
Cambios”, cuyo objetivo inmediato era reducir al mínimo la evasión de
divisas, fijando un tipo de cambio oficial para realizar las
transacciones con moneda extranjera. En última instancia se trataba de
preservar el stock de divisas de manera tal que se dispusiera de la
cantidad de divisas necesarias para afrontar las obligaciones con el
exterior. Esta política fue continuada por el gobierno de Justo, con
varios cambios que realizó el ministro de Hacienda, Federico Pinedo. El
gobierno peronista mantuvo a su modo medidas similares.
Sólo a fines de 1958, el presidente Arturo Frondizi, “aconsejado”
por el Fondo Monetario Internacional, liberó completamente el mercado
cambiario, uno de cuyos resultados fue una brutal devaluación que
erosionó los ingresos de los asalariados. Otro fue el notorio incremento
del endeudamiento externo. Cuando en 1963 asumió el gobierno nacional el radical Arturo U. Illia, las reservas en oro y divisas eran muy escasas y poco más del 56 por ciento de la deuda externa debía pagarse en los siguientes tres años. Como el gobierno no estaba dispuesto a contraer nuevas deudas y a someterse a los dictados del FMI, decidió recurrir a una celosa administración de las divisas, para lo cual restableció el control de cambios y el mercado único de cambios, con el objetivo –según la Memoria del Banco Central de la República Argentina (BCRA)– de “impedir que se produzcan evasiones de divisas por retenciones indebidas o por compras de moneda extranjera con fines de especulación o de radicación de fondos en el exterior”.
El decreto respectivo llevaba el NO 2581 del 10 de abril de 1964 y se fundaba en la necesidad “de dictar medidas tendientes a evitar el distorsionamiento del mercado de divisas y consecuencialmente del valor de nuestra moneda, provocado por factores ajenos al libre juego de la oferta y la demanda reales, como desde hace tiempo se advierte...” y se consideraba que “a tales efectos, corresponde dictar aquellas medidas que, además, permitan la satisfacción de los requerimientos necesarios para la atención de los compromisos en moneda extranjera”. Entre las medidas incluidas en el decreto se establecía que el contravalor de las divisas resultantes de la exportación de productos argentinos “deberá ingresarse al país” y negociarse en el mercado único de cambio dentro de los plazos que establezca la reglamentación pertinente”. De igual manera debían negociarse las divisas provenientes de servicios exportados y de “toda suma ganada en moneda extranjera a favor de un residente en la República Argentina”.
En cuanto al pago de las importaciones con financiación a plazo que carecían de aval bancario o crédito documentario, letras u otros documentos, “deberán ser previamente justificados ante el Banco Central”. También estarían sujetos a los requisitos fijados por dicho banco el reembolso de capitales de titulares del exterior.
El BCRA también fijaría el “monto máximo para la adquisición o transferencia de divisas para gastos de viaje... teniendo en cuenta el o los países de destino del viajero”. Además, el BCRA “aplicará a las operaciones que realicen las Casas y Agencias de Cambio el régimen previsto por este decreto en cuanto les corresponda” y, asimismo, “limitará la venta de billetes extranjeros a los importes que estime conveniente”. Por el artículo 9 del decreto se prohibía expresamente la salida del país de: oro amonedado o en barras; billetes argentinos; billetes extranjeros, excepto los autorizados para viajeros; valores mobiliarios argentinos o extranjeros.
El artículo siguiente prohibía la constitución de depósitos en moneda extranjera en instituciones bancarias del país ya que, según Félix Elizalde, presidente del BCRA, dichos depósitos “la gente los había constituido con pesos argentinos contabilizándolos en los libros de los bancos en moneda extranjera. No nos engañemos: no eran dólares que habían entrado y estaban depositados”. En consecuencia, los depósitos existentes hasta entonces –cuyo domicilio constituido en la Argentina no podía modificarse por otro país– debían ser obligatoriamente liquidados, negociando las divisas en el mercado único de cambios. Diversas circulares del BCRA complementaban el decreto autorizando la compra de moneda extranjera conforme a los siguientes límites: a quien tuviera un familiar enfermo en el extranjero se le autorizaba a comprar U$S 1000, por una sola vez; a quien viajara al exterior se le entregaban U$S 400, y si era a un país limítrofe, U$S 100, con excepción del Uruguay (U$S 25); etc. Finalmente, nadie que deseara salir del país podía llevar monedas, valores extranjeros, billetes argentinos y valores mobiliarios nacionales si fueron adquiridos con anterioridad a la vigencia del nuevo régimen.
Los liberales nativos repudiaron el nuevo régimen con argumentos que se reiteran en nuestros días en boca de los censores del mentado “cepo cambiario”. Criticaban que se hubiera puesto fin al libre movimiento de fondos con el exterior; que las exportaciones de bienes y servicios y toda suma ganada en moneda extranjera no podían realizarse en las condiciones de pago convenidas por los exportadores, sino según las establecidas en las circulares; que la liquidación de divisas producto de las exportaciones debía efectuarse a los precios arbitrariamente fijados por el Estado, lo que significaba una expropiación; que la moneda argentina dejaba de ser convertible porque no era posible concurrir al mercado único de cambios a comprar moneda extranjera si no era para realizar una operación permitida por el Estado.
En suma, todas estas limitaciones, según nuestros liberales, afectaban los derechos individuales a comerciar, contratar libremente, salir del país, usar y disponer de sus bienes y a la inviolabilidad de la propiedad, conforme a los artículos 14 y 17 de la Constitución de 1853. El resultado de la estrategia del gobierno radical fue –por primera vez en muchos años– la disminución de la deuda externa argentina y la dictadura cívico-militar que reemplazó a Illia se encontró con un balance de pagos que no generaba mayores preocupaciones y con mayores reservas que su predecesor.
El control de cambios dispuesto a partir de noviembre de 2011 también cumple funciones higiénicas: preserva las reservas internacionales del país ante un escenario mundial que incentive la fuga de divisas y, por otra parte, sirve para enfrentar las corridas cambiarias; destruye el mecanismo por el que grandes bancos facilitan la fuga de los dólares; combate el lavado de dinero; evita que los saldos positivos de la balanza comercial terminen en cajas de seguridad, bajo el colchón o se fuguen al exterior; resguarda las divisas para el pago de la deuda externa y, en una economía con fuerte presencia de inversiones extranjeras, se asegura la remisión de las utilidades por parte de las filiales locales a las casas matrices. Nada nuevo bajo el sol cuando se trata de cuidar un activo estratégico.
* Investigadores Idehesi (Conicet-UBA).
lunes, 17 de diciembre de 2012
Verde que te quiero verde
Por Horacio Verbitsky
Uno de los miembros de la lista Bordó de la Asociación de Magistrados está bajo investigación por cohecho. Se trata del camarista de Casación Penal Eduardo Riggi, uno de los “esperpentos” por cuya designación renunció en 1992 el entonces ministro de Justicia Carlos Arslanian. La causa es una derivación de la que instruyó la jueza Wilma López por el asesinato de Mariano Ferreyra en octubre de 2010, que hoy está en la etapa de juicio oral. En las escuchas telefónicas ordenadas a raíz del crimen aparecieron una serie de comunicaciones en las que el dirigente ferroviario José Pedraza ofrecía sobornos para que la Cámara de Casación Penal dejara en libertad a los primeros miembros de la patota detenidos por el homicidio y no avanzara sobre él. El propósito era que la causa por el asesinato llegara en apelación a la sala III de la Cámara de Casación. Luego de regatear la cifra, el agente de Inteligencia encargado de contactos judiciales Juan José Riquelme le aclaró a Pedraza que no eran pesos, sino dólares: “Verdes”, aclaró. Los recibiría Octavio Aráoz de Lamadrid, quien había sido secretario de Riggi en la Cámara, y se encargaría de encaminar la causa el prosecretario de Casación e hijo del camarista homónimo Luis Ameghino Escobar, “el señor de las teclas”, que sorteaba a qué sala iba cada expediente. La causa ingresó como se había pedido “a la sala de los amigos que hemos elegido, donde está el amigo Eduardo”, según el mensaje de Riquelme a Stafforini. A raíz de las escuchas, la policía llegó al estudio de Aráoz de Lamadrid en cuanto Stafforini dejó allí un sobre con 50 mil dólares, que fueron incautados. El juez Luis Rodríguez demoró todo lo que pudo la resolución, que recién adoptó cuando la negligencia puso en peligro su ascenso a juez federal: procesó a Pedraza, a Stafforini, (quien aportó el dinero para el soborno); a Riquelme; a Aráoz de Lamadrid y a Ameghino Escobar, pero no encontró pruebas para incriminar a Riggi. Ese fallo fue confirmado hace un mes por los camaristas Julio Marcelo Lucini, Mario Filozof y Ricardo Matías Pinto, pese a que dieron por probada la relación de más de una década del camarista con Aráoz de Lamadrid y Ameghino Escobar y el vínculo de intimidad de Riggi con Riquelme, por lo que “la posibilidad de influir de los distintos actores que intervinieron en la maniobra era real y no ficticia”. La fiscal de cámara subrogante Mónica Cuñarro detectó que la relación de Aráoz con Riggi es aún anterior: fue su relator hace más de veinte años en el fuero penal económico. Y más íntima: cuando Aráoz de Lamadrid fue designado juez federal subrogante, su primer acto fue nombrar como secretaria a la hija de su protector, Laura Riggi. Luego de varios años como juez subrogante volvió a la profesión y la primera factura que emitió fue como defensor de uno de los miembros de la patota ferroviaria en esta causa. También estableció que Ameghino Escobar fue designado jefe de sorteos de la Cámara por Riggi. Lo único que falta para cerrar el círculo es el peritaje informático que determine cómo fue manipulado el sorteo o si se cambió el sistema para destruir la prueba. La Procuradora General Alejandra Gils Carbó, quien firmó la declaración de jueces que cuestionaron el documento corporativo y no asistió a la cena del viernes, respalda la investigación. Además de designar a Cuñarro como fiscal de Cámara subrogante (quien para esta causa trabaja con dos secretarios letrados) también nombró como fiscal coadyuvante de primera instancia a Fernando Fiszer, quien instruyó la causa por el crimen de Mariano. Las presiones para que la investigación no avance son tan fuertes, que sólo la Corte Suprema de Justicia podría impedir un escándalo, preservando la prueba y supervisando el peritaje.
Uno de los miembros de la lista Bordó de la Asociación de Magistrados está bajo investigación por cohecho. Se trata del camarista de Casación Penal Eduardo Riggi, uno de los “esperpentos” por cuya designación renunció en 1992 el entonces ministro de Justicia Carlos Arslanian. La causa es una derivación de la que instruyó la jueza Wilma López por el asesinato de Mariano Ferreyra en octubre de 2010, que hoy está en la etapa de juicio oral. En las escuchas telefónicas ordenadas a raíz del crimen aparecieron una serie de comunicaciones en las que el dirigente ferroviario José Pedraza ofrecía sobornos para que la Cámara de Casación Penal dejara en libertad a los primeros miembros de la patota detenidos por el homicidio y no avanzara sobre él. El propósito era que la causa por el asesinato llegara en apelación a la sala III de la Cámara de Casación. Luego de regatear la cifra, el agente de Inteligencia encargado de contactos judiciales Juan José Riquelme le aclaró a Pedraza que no eran pesos, sino dólares: “Verdes”, aclaró. Los recibiría Octavio Aráoz de Lamadrid, quien había sido secretario de Riggi en la Cámara, y se encargaría de encaminar la causa el prosecretario de Casación e hijo del camarista homónimo Luis Ameghino Escobar, “el señor de las teclas”, que sorteaba a qué sala iba cada expediente. La causa ingresó como se había pedido “a la sala de los amigos que hemos elegido, donde está el amigo Eduardo”, según el mensaje de Riquelme a Stafforini. A raíz de las escuchas, la policía llegó al estudio de Aráoz de Lamadrid en cuanto Stafforini dejó allí un sobre con 50 mil dólares, que fueron incautados. El juez Luis Rodríguez demoró todo lo que pudo la resolución, que recién adoptó cuando la negligencia puso en peligro su ascenso a juez federal: procesó a Pedraza, a Stafforini, (quien aportó el dinero para el soborno); a Riquelme; a Aráoz de Lamadrid y a Ameghino Escobar, pero no encontró pruebas para incriminar a Riggi. Ese fallo fue confirmado hace un mes por los camaristas Julio Marcelo Lucini, Mario Filozof y Ricardo Matías Pinto, pese a que dieron por probada la relación de más de una década del camarista con Aráoz de Lamadrid y Ameghino Escobar y el vínculo de intimidad de Riggi con Riquelme, por lo que “la posibilidad de influir de los distintos actores que intervinieron en la maniobra era real y no ficticia”. La fiscal de cámara subrogante Mónica Cuñarro detectó que la relación de Aráoz con Riggi es aún anterior: fue su relator hace más de veinte años en el fuero penal económico. Y más íntima: cuando Aráoz de Lamadrid fue designado juez federal subrogante, su primer acto fue nombrar como secretaria a la hija de su protector, Laura Riggi. Luego de varios años como juez subrogante volvió a la profesión y la primera factura que emitió fue como defensor de uno de los miembros de la patota ferroviaria en esta causa. También estableció que Ameghino Escobar fue designado jefe de sorteos de la Cámara por Riggi. Lo único que falta para cerrar el círculo es el peritaje informático que determine cómo fue manipulado el sorteo o si se cambió el sistema para destruir la prueba. La Procuradora General Alejandra Gils Carbó, quien firmó la declaración de jueces que cuestionaron el documento corporativo y no asistió a la cena del viernes, respalda la investigación. Además de designar a Cuñarro como fiscal de Cámara subrogante (quien para esta causa trabaja con dos secretarios letrados) también nombró como fiscal coadyuvante de primera instancia a Fernando Fiszer, quien instruyó la causa por el crimen de Mariano. Las presiones para que la investigación no avance son tan fuertes, que sólo la Corte Suprema de Justicia podría impedir un escándalo, preservando la prueba y supervisando el peritaje.
Los jueces quieren saber
EL DOCUMENTO JUDICIAL CONTRA EL GOBIERNO
El documento corporativo contra el gobierno no tiene firmas y los jueces quieren saber cómo se gestó. El quién es quién de las asociaciones de la judicatura, cuya unidad fue quebrada por este paso político audaz. Lobby empresarial para condicionar los fallos y lisa y llana corrupción.
Por Horacio Verbitsky
Miembros de la Asociación de Magistrados, de la Federación Argentina de la Magistratura y de la Junta Federal de Cortes y Tribunales Superiores preguntarán a sus autoridades cómo se decidió, quiénes redactaron y aprobaron y por qué se publicó sin ninguna firma el virulento comunicado del viernes 7 contra el gobierno a raíz de las denuncias contra camaristas acusados de vinculación con el Grupo Clarín.
La Asociación de Magistrados es presidida por el camarista penal Luis María Cabral. El fiscal general Jorge Auat lo señaló como un pernicioso ejemplo de shopping forum por su designación para integrar una sala de la Cámara de Casación Penal, sin sorteo y sin respetar el orden de prelación fijado por la ley de subrogancias. Pero la Cámara lo confirmó, con la única disidencia de Alejandro Slokar. Sigue llevando la voz cantante en la Asociación su ex presidente Ricardo El Piojo Recondo, otro especialista en la designación de jueces a dedo y el principal gestor del conflicto de la judicatura con el gobierno nacional por el caso Clarín, en el que tiene interés personal. Subsecretario de Justicia durante el primer gobierno de la UCR y miembro del equipo judicial de la SIDE que operaba sobre los jueces, en 1988 Recondo impulsó la designación de Juan Rodríguez Basabilvaso como camarista federal, para terminar con los juicios por violaciones a los derechos humanos. Su nombre surgió en la sobremesa del lobby militar-judicial-empresarial que se reunía los fines de semana en la quinta del Gerente de Relaciones Públicas del Grupo Económico FATE, Alejandro Pérez Cárrega. Recondo ocultó que el postulante se había desempeñado en el tribunal especial conocido como El Camarón, que el Congreso disolvió en 1973. “Hay que darle a la gente la oportunidad de cambiar. Si nos ponemos a escarbar el pasado de cada uno, no queda nadie”, dijo cuando se hizo público. Dos décadas después, ya como presidente de la Asociación de Magistrados, Recondo proclamó durante un acto de la Corte Suprema que el reclamo del entonces presidente Néstor Kirchner para que no se siguieran demorando las causas por violaciones a los derechos humanos constituía un “avasallamiento grotesco de la justicia”. La Corte lo respaldó con una declaración sin firma, según la cual el control republicano debe “respetar la honorabilidad e independencia judicial”. Ahora, Recondo encabeza el bloque de jueces, abogados y legisladores radicales en el Consejo de la Magistratura. Además integra la Cámara Federal en lo Civil y Comercial, participó en el sorteo manual de un juez jubilado para fallar en favor del Grupo Clarín contra la constitucionalidad de tres artículos de la ley de medios y su hija Ana es coordinadora de Certal, la entidad de lobby que sostienen los operadores de cable, entre ellos el Grupo Clarín. La lista Bordó de Cabral se impuso por muy pocos votos a la Celeste, que postulaba a la camarista del trabajo Gabriela Vázquez (la primera mujer candidata a ese cargo) y que se propone democratizar la Asociación. Nueve de los once consejeros Bordó son hombres, mientras cinco de los nueve consejeros Celeste son mujeres. Contra la fantasía de Lorenzetti sobre una judicatura monolítica, los celestes no asistieron a la comida de fin de año de la Asociación, en disidencia por la invitación a representantes de Certal y a la exclusión del presidente del Consejo de la Magistratura, Manuel Urriza, y el ministro de Justicia, Julio Alak. Los celestes propusieron que la Asociación despojara al presidente de la facultad discrecional para invitar y excluir a quien le venga en gana.
La Junta Federal de Cortes y Tribunales Superiores (Jufejus) es conducida por Luis Francisco Lozano, presidente del Tribunal Superior porteño. Antes, fue director de Asuntos Jurídicos de Recondo en la subsecretaría de Justicia del gobierno radical. Cuando asumió en Jufejus, se comprometió a priorizar el trabajo en materia de independencia judicial pero, en flagrante contradicción, encomió el rumbo trazado por el titular saliente, Rafael Francisco Gutiérrez, que es el antimodelo de la independencia: fue designado en la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe por su primo, el entonces gobernador Carlos Reutemann y durante su gestión Jufejus firmó convenios con la Asociación de Aseguradores Argentinos (Adeaa), para que también jueces supremos provinciales pudieran viajar a Fort Lauderdale, Miami y Washington con el pretexto de los cursos de capacitación que dicta la International Judicial Academy(IJA), para jueces de países de Asia, Africa, América y el ex bloque comunista europeo en los que Estados Unidos y sus empresas quieren influir. Esta IJA (del american way) es una organización dedicada a propagar entre jueces de todo el mundo los valores del Consenso de Washington, que identifican democracia representativa con apertura de mercados. La IJA tiene dos sedes, una en Washington y la otra en Buenos Aires, que funciona en la Asociación de Magistrados y está a cargo de Ricardo Li Rosi, juez nacional en lo civil. Sus programas incluyen visitas a los tribunales y a la Oficina de Marcas y Patentes estadounidenses, como ha sido denunciado por la cámara latinoamericana que agrupa a laboratorios que producen medicamentos genéricos. Buena parte de los seminarios a los que asisten jueces argentinos suelen congregar también a hombres de negocios, como el seminario sobre Seguros y Justicia dictado en Washington en 2008 y 2009 para jueces y ejecutivos de seguros de la Argentina; o el programa sobre “Regulación del Gobierno y Justicia” al que asistieron en la capital estadounidense jueces, abogados y ejecutivos de negocios de la Argentina y México en octubre de 2009. En septiembre de 2010 se dictó un curso en Mendoza y San Juan sobre un tema de estricta actualidad: las medidas cautelares. La cuidada página electrónica de la IJA no explica cómo se financian sus costosas actividades, que incluyeron viajes y estadía en distintos países del mundo para 4387 jueces. Pero los cursos son promovidos por las embajadas de EE.UU. y, en la Argentina, por la Cámara de Empresas Estadounidenses, AmCham. Li Rosi tuvo sus 15 minutos de fama en 2007, cuando la Sala A de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil determinó que la responsabilidad por un accidente en un ascensor en el que no se había reemplazado la puerta tijera era compartida entre el consorcio y la nena de dos años que puso el pie donde no debía, por lo cual debió ser operada siete veces. En julio de 2011 el fiscal federal Federico Delgado pidió que se investigara a los camaristas del fuero civil y comercial federal Ricardo Víctor Guarinoni y Santiago Kiernan (dos de los que viajaron con Francisco de las Carreras y Recondo al congreso de Certal), Patricia Barbieri y Ana María Brilla De Serrat por haber dictado resoluciones favorables a Google a cambio de dinero o dádivas. La denuncia por prevaricato y cohecho fue presentada por el abogado de las actrices Virginia Da Cunha y Florencia Raggi que reclamaban daños y perjuicios a Google, en cuyos buscadores online se las asoció con contenidos sexuales. EL PAIS › EL DOCUMENTO JUDICIAL CONTRA EL GOBIERNO Los jueces quieren saber El documento corporativo contra el gobierno no tiene firmas y los jueces quieren saber cómo se gestó. El quién es quién de las asociaciones de la judicatura, cuya unidad fue quebrada por este paso político audaz. Lobby empresarial para condicionar los fallos y lisa y llana corrupción. Por Horacio Verbitsky Miembros de la Asociación de Magistrados, de la Federación Argentina de la Magistratura y de la Junta Federal de Cortes y Tribunales Superiores preguntarán a sus autoridades cómo se decidió, quiénes redactaron y aprobaron y por qué se publicó sin ninguna firma el virulento comunicado del viernes 7 contra el gobierno a raíz de las denuncias contra camaristas acusados de vinculación con el Grupo Clarín. La Asociación de Magistrados es presidida por el camarista penal Luis María Cabral. El fiscal general Jorge Auat lo señaló como un pernicioso ejemplo de shopping forum por su designación para integrar una sala de la Cámara de Casación Penal, sin sorteo y sin respetar el orden de prelación fijado por la ley de subrogancias. Pero la Cámara lo confirmó, con la única disidencia de Alejandro Slokar. Sigue llevando la voz cantante en la Asociación su ex presidente Ricardo El Piojo Recondo, otro especialista en la designación de jueces a dedo y el principal gestor del conflicto de la judicatura con el gobierno nacional por el caso Clarín, en el que tiene interés personal. Subsecretario de Justicia durante el primer gobierno de la UCR y miembro del equipo judicial de la SIDE que operaba sobre los jueces, en 1988 Recondo impulsó la designación de Juan Rodríguez Basabilvaso como camarista federal, para terminar con los juicios por violaciones a los derechos humanos. Su nombre surgió en la sobremesa del lobby militar-judicial-empresarial que se reunía los fines de semana en la quinta del Gerente de Relaciones Públicas del Grupo Económico FATE, Alejandro Pérez Cárrega. Recondo ocultó que el postulante se había desempeñado en el tribunal especial conocido como El Camarón, que el Congreso disolvió en 1973. “Hay que darle a la gente la oportunidad de cambiar. Si nos ponemos a escarbar el pasado de cada uno, no queda nadie”, dijo cuando se hizo público. Dos décadas después, ya como presidente de la Asociación de Magistrados, Recondo proclamó durante un acto de la Corte Suprema que el reclamo del entonces presidente Néstor Kirchner para que no se siguieran demorando las causas por violaciones a los derechos humanos constituía un “avasallamiento grotesco de la justicia”. La Corte lo respaldó con una declaración sin firma, según la cual el control republicano debe “respetar la honorabilidad e independencia judicial”. Ahora, Recondo encabeza el bloque de jueces, abogados y legisladores radicales en el Consejo de la Magistratura. Además integra la Cámara Federal en lo Civil y Comercial, participó en el sorteo manual de un juez jubilado para fallar en favor del Grupo Clarín contra la constitucionalidad de tres artículos de la ley de medios y su hija Ana es coordinadora de Certal, la entidad de lobby que sostienen los operadores de cable, entre ellos el Grupo Clarín. La lista Bordó de Cabral se impuso por muy pocos votos a la Celeste, que postulaba a la camarista del trabajo Gabriela Vázquez (la primera mujer candidata a ese cargo) y que se propone democratizar la Asociación. Nueve de los once consejeros Bordó son hombres, mientras cinco de los nueve consejeros Celeste son mujeres. Contra la fantasía de Lorenzetti sobre una judicatura monolítica, los celestes no asistieron a la comida de fin de año de la Asociación, en disidencia por la invitación a representantes de Certal y a la exclusión del presidente del Consejo de la Magistratura, Manuel Urriza, y el ministro de Justicia, Julio Alak. Los celestes propusieron que la Asociación despojara al presidente de la facultad discrecional para invitar y excluir a quien le venga en gana. La Junta Federal de Cortes y Tribunales Superiores (Jufejus) es conducida por Luis Francisco Lozano, presidente del Tribunal Superior porteño. Antes, fue director de Asuntos Jurídicos de Recondo en la subsecretaría de Justicia del gobierno radical. Cuando asumió en Jufejus, se comprometió a priorizar el trabajo en materia de independencia judicial pero, en flagrante contradicción, encomió el rumbo trazado por el titular saliente, Rafael Francisco Gutiérrez, que es el antimodelo de la independencia: fue designado en la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe por su primo, el entonces gobernador Carlos Reutemann y durante su gestión Jufejus firmó convenios con la Asociación de Aseguradores Argentinos (Adeaa), para que también jueces supremos provinciales pudieran viajar a Fort Lauderdale, Miami y Washington con el pretexto de los cursos de capacitación que dicta la International Judicial Academy(IJA), para jueces de países de Asia, Africa, América y el ex bloque comunista europeo en los que Estados Unidos y sus empresas quieren influir. Esta IJA (del american way) es una organización dedicada a propagar entre jueces de todo el mundo los valores del Consenso de Washington, que identifican democracia representativa con apertura de mercados. La IJA tiene dos sedes, una en Washington y la otra en Buenos Aires, que funciona en la Asociación de Magistrados y está a cargo de Ricardo Li Rosi, juez nacional en lo civil. Sus programas incluyen visitas a los tribunales y a la Oficina de Marcas y Patentes estadounidenses, como ha sido denunciado por la cámara latinoamericana que agrupa a laboratorios que producen medicamentos genéricos. Buena parte de los seminarios a los que asisten jueces argentinos suelen congregar también a hombres de negocios, como el seminario sobre Seguros y Justicia dictado en Washington en 2008 y 2009 para jueces y ejecutivos de seguros de la Argentina; o el programa sobre “Regulación del Gobierno y Justicia” al que asistieron en la capital estadounidense jueces, abogados y ejecutivos de negocios de la Argentina y México en octubre de 2009. En septiembre de 2010 se dictó un curso en Mendoza y San Juan sobre un tema de estricta actualidad: las medidas cautelares. La cuidada página electrónica de la IJA no explica cómo se financian sus costosas actividades, que incluyeron viajes y estadía en distintos países del mundo para 4387 jueces. Pero los cursos son promovidos por las embajadas de EE.UU. y, en la Argentina, por la Cámara de Empresas Estadounidenses, AmCham. Li Rosi tuvo sus 15 minutos de fama en 2007, cuando la Sala A de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil determinó que la responsabilidad por un accidente en un ascensor en el que no se había reemplazado la puerta tijera era compartida entre el consorcio y la nena de dos años que puso el pie donde no debía, por lo cual debió ser operada siete veces. En julio de 2011 el fiscal federal Federico Delgado pidió que se investigara a los camaristas del fuero civil y comercial federal Ricardo Víctor Guarinoni y Santiago Kiernan (dos de los que viajaron con Francisco de las Carreras y Recondo al congreso de Certal), Patricia Barbieri y Ana María Brilla De Serrat por haber dictado resoluciones favorables a Google a cambio de dinero o dádivas. La denuncia por prevaricato y cohecho fue presentada por el abogado de las actrices Virginia Da Cunha y Florencia Raggi que reclamaban daños y perjuicios a Google, en cuyos buscadores online se las asoció con contenidos sexuales. Antes de revocar dos fallos a favor de Da Cunha y Raggi, los cuatro camaristas habrían participado de una reunión en las oficinas de Google, cuya llegada a la sede den Puerto Madero fue filmada por el denunciante. En el video se reconoce a Ricardo Li Rosi, quien reconoció haber asistido, según dijo, para una actividad de capacitación técnica de la IJA. Según la denuncia a cada concurrente a la reunión, Google les regaló una tablet. El juez Sergio Torres y la sala II de la Cámara Federal sobreseyeron a los cuatro magistrados, porque su imagen no aparece en el video y Li Rosi declaró que no participaron de la actividad, típica de la relación promiscua entre magistrados y empresas. La Federación Argentina de la Magistratura (FAM) es presidida por el camarista cordobés Víctor María Vélez, protegido del grupo de penalistas radicales de José Ignacio Cafferata Nores y José Buteler, ministro y defensor respectivamente de Eduardo Angeloz. Como Presidente de la Asociación de Magistrados de Córdoba, defendió los privilegios estamentales, gracias a lo cual el gobernador José De la Sota exceptuó a los jueces de su reformas previsionales. Su antecesor en FAM fue el juez penal de Salta Abel Fleming, a quien el ex diputado de la UCR Fernando Chamorro calificó como “sirviente de la dictadura militar” alegando que aún conserva el estado policial obtenido cuando estuvo a cargo de la División de Investigaciones Científicas de la Policía, donde creó una División de Drogas. Como presidente de la Cámara Séptima de Córdoba, Vélez juzgó a 59 personas por el motín de febrero del 2005 en el penal San Martín. Sólo cuatro fueron absueltos y las condenas ejemplificadoras no exceptuaron a aquellos reclusos que hicieron todo lo posible por pacificar la situación. De la Sota dijo entonces que “los derechos humanos son para los decentes”, y Vélez lo tuvo bien en cuenta como fuente del derecho. El fallo señaló falencias del Estado entre las causas del motín, pero no dio un solo paso para individualizar y juzgar a los responsables de que un edificio del siglo XIX para 600 personas recibiera al triple; de que una cárcel enclavada en el tejido urbano albergara a condenados, más propensos al motín y la fuga, mientras la de alta seguridad construida en Bower se reservaba a procesados; de que los reclusos hubieran manejado ametralladoras y fusiles, que sustrajeron de la armería del penal, donde no deberían haber estado; de que se abriera fuego sin medir las consecuencias y causando ocho muertes.
Si Cabral, Recondo, Li Rosi, Lozano, Fleming o Vélez son los defensores de la independencia judicial, puede anticiparse que el lenguaje será condenado a reclusión perpetua.
El documento corporativo contra el gobierno no tiene firmas y los jueces quieren saber cómo se gestó. El quién es quién de las asociaciones de la judicatura, cuya unidad fue quebrada por este paso político audaz. Lobby empresarial para condicionar los fallos y lisa y llana corrupción.
Por Horacio Verbitsky
Miembros de la Asociación de Magistrados, de la Federación Argentina de la Magistratura y de la Junta Federal de Cortes y Tribunales Superiores preguntarán a sus autoridades cómo se decidió, quiénes redactaron y aprobaron y por qué se publicó sin ninguna firma el virulento comunicado del viernes 7 contra el gobierno a raíz de las denuncias contra camaristas acusados de vinculación con el Grupo Clarín.
La Asociación de Magistrados es presidida por el camarista penal Luis María Cabral. El fiscal general Jorge Auat lo señaló como un pernicioso ejemplo de shopping forum por su designación para integrar una sala de la Cámara de Casación Penal, sin sorteo y sin respetar el orden de prelación fijado por la ley de subrogancias. Pero la Cámara lo confirmó, con la única disidencia de Alejandro Slokar. Sigue llevando la voz cantante en la Asociación su ex presidente Ricardo El Piojo Recondo, otro especialista en la designación de jueces a dedo y el principal gestor del conflicto de la judicatura con el gobierno nacional por el caso Clarín, en el que tiene interés personal. Subsecretario de Justicia durante el primer gobierno de la UCR y miembro del equipo judicial de la SIDE que operaba sobre los jueces, en 1988 Recondo impulsó la designación de Juan Rodríguez Basabilvaso como camarista federal, para terminar con los juicios por violaciones a los derechos humanos. Su nombre surgió en la sobremesa del lobby militar-judicial-empresarial que se reunía los fines de semana en la quinta del Gerente de Relaciones Públicas del Grupo Económico FATE, Alejandro Pérez Cárrega. Recondo ocultó que el postulante se había desempeñado en el tribunal especial conocido como El Camarón, que el Congreso disolvió en 1973. “Hay que darle a la gente la oportunidad de cambiar. Si nos ponemos a escarbar el pasado de cada uno, no queda nadie”, dijo cuando se hizo público. Dos décadas después, ya como presidente de la Asociación de Magistrados, Recondo proclamó durante un acto de la Corte Suprema que el reclamo del entonces presidente Néstor Kirchner para que no se siguieran demorando las causas por violaciones a los derechos humanos constituía un “avasallamiento grotesco de la justicia”. La Corte lo respaldó con una declaración sin firma, según la cual el control republicano debe “respetar la honorabilidad e independencia judicial”. Ahora, Recondo encabeza el bloque de jueces, abogados y legisladores radicales en el Consejo de la Magistratura. Además integra la Cámara Federal en lo Civil y Comercial, participó en el sorteo manual de un juez jubilado para fallar en favor del Grupo Clarín contra la constitucionalidad de tres artículos de la ley de medios y su hija Ana es coordinadora de Certal, la entidad de lobby que sostienen los operadores de cable, entre ellos el Grupo Clarín. La lista Bordó de Cabral se impuso por muy pocos votos a la Celeste, que postulaba a la camarista del trabajo Gabriela Vázquez (la primera mujer candidata a ese cargo) y que se propone democratizar la Asociación. Nueve de los once consejeros Bordó son hombres, mientras cinco de los nueve consejeros Celeste son mujeres. Contra la fantasía de Lorenzetti sobre una judicatura monolítica, los celestes no asistieron a la comida de fin de año de la Asociación, en disidencia por la invitación a representantes de Certal y a la exclusión del presidente del Consejo de la Magistratura, Manuel Urriza, y el ministro de Justicia, Julio Alak. Los celestes propusieron que la Asociación despojara al presidente de la facultad discrecional para invitar y excluir a quien le venga en gana.
La Junta Federal de Cortes y Tribunales Superiores (Jufejus) es conducida por Luis Francisco Lozano, presidente del Tribunal Superior porteño. Antes, fue director de Asuntos Jurídicos de Recondo en la subsecretaría de Justicia del gobierno radical. Cuando asumió en Jufejus, se comprometió a priorizar el trabajo en materia de independencia judicial pero, en flagrante contradicción, encomió el rumbo trazado por el titular saliente, Rafael Francisco Gutiérrez, que es el antimodelo de la independencia: fue designado en la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe por su primo, el entonces gobernador Carlos Reutemann y durante su gestión Jufejus firmó convenios con la Asociación de Aseguradores Argentinos (Adeaa), para que también jueces supremos provinciales pudieran viajar a Fort Lauderdale, Miami y Washington con el pretexto de los cursos de capacitación que dicta la International Judicial Academy(IJA), para jueces de países de Asia, Africa, América y el ex bloque comunista europeo en los que Estados Unidos y sus empresas quieren influir. Esta IJA (del american way) es una organización dedicada a propagar entre jueces de todo el mundo los valores del Consenso de Washington, que identifican democracia representativa con apertura de mercados. La IJA tiene dos sedes, una en Washington y la otra en Buenos Aires, que funciona en la Asociación de Magistrados y está a cargo de Ricardo Li Rosi, juez nacional en lo civil. Sus programas incluyen visitas a los tribunales y a la Oficina de Marcas y Patentes estadounidenses, como ha sido denunciado por la cámara latinoamericana que agrupa a laboratorios que producen medicamentos genéricos. Buena parte de los seminarios a los que asisten jueces argentinos suelen congregar también a hombres de negocios, como el seminario sobre Seguros y Justicia dictado en Washington en 2008 y 2009 para jueces y ejecutivos de seguros de la Argentina; o el programa sobre “Regulación del Gobierno y Justicia” al que asistieron en la capital estadounidense jueces, abogados y ejecutivos de negocios de la Argentina y México en octubre de 2009. En septiembre de 2010 se dictó un curso en Mendoza y San Juan sobre un tema de estricta actualidad: las medidas cautelares. La cuidada página electrónica de la IJA no explica cómo se financian sus costosas actividades, que incluyeron viajes y estadía en distintos países del mundo para 4387 jueces. Pero los cursos son promovidos por las embajadas de EE.UU. y, en la Argentina, por la Cámara de Empresas Estadounidenses, AmCham. Li Rosi tuvo sus 15 minutos de fama en 2007, cuando la Sala A de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil determinó que la responsabilidad por un accidente en un ascensor en el que no se había reemplazado la puerta tijera era compartida entre el consorcio y la nena de dos años que puso el pie donde no debía, por lo cual debió ser operada siete veces. En julio de 2011 el fiscal federal Federico Delgado pidió que se investigara a los camaristas del fuero civil y comercial federal Ricardo Víctor Guarinoni y Santiago Kiernan (dos de los que viajaron con Francisco de las Carreras y Recondo al congreso de Certal), Patricia Barbieri y Ana María Brilla De Serrat por haber dictado resoluciones favorables a Google a cambio de dinero o dádivas. La denuncia por prevaricato y cohecho fue presentada por el abogado de las actrices Virginia Da Cunha y Florencia Raggi que reclamaban daños y perjuicios a Google, en cuyos buscadores online se las asoció con contenidos sexuales. EL PAIS › EL DOCUMENTO JUDICIAL CONTRA EL GOBIERNO Los jueces quieren saber El documento corporativo contra el gobierno no tiene firmas y los jueces quieren saber cómo se gestó. El quién es quién de las asociaciones de la judicatura, cuya unidad fue quebrada por este paso político audaz. Lobby empresarial para condicionar los fallos y lisa y llana corrupción. Por Horacio Verbitsky Miembros de la Asociación de Magistrados, de la Federación Argentina de la Magistratura y de la Junta Federal de Cortes y Tribunales Superiores preguntarán a sus autoridades cómo se decidió, quiénes redactaron y aprobaron y por qué se publicó sin ninguna firma el virulento comunicado del viernes 7 contra el gobierno a raíz de las denuncias contra camaristas acusados de vinculación con el Grupo Clarín. La Asociación de Magistrados es presidida por el camarista penal Luis María Cabral. El fiscal general Jorge Auat lo señaló como un pernicioso ejemplo de shopping forum por su designación para integrar una sala de la Cámara de Casación Penal, sin sorteo y sin respetar el orden de prelación fijado por la ley de subrogancias. Pero la Cámara lo confirmó, con la única disidencia de Alejandro Slokar. Sigue llevando la voz cantante en la Asociación su ex presidente Ricardo El Piojo Recondo, otro especialista en la designación de jueces a dedo y el principal gestor del conflicto de la judicatura con el gobierno nacional por el caso Clarín, en el que tiene interés personal. Subsecretario de Justicia durante el primer gobierno de la UCR y miembro del equipo judicial de la SIDE que operaba sobre los jueces, en 1988 Recondo impulsó la designación de Juan Rodríguez Basabilvaso como camarista federal, para terminar con los juicios por violaciones a los derechos humanos. Su nombre surgió en la sobremesa del lobby militar-judicial-empresarial que se reunía los fines de semana en la quinta del Gerente de Relaciones Públicas del Grupo Económico FATE, Alejandro Pérez Cárrega. Recondo ocultó que el postulante se había desempeñado en el tribunal especial conocido como El Camarón, que el Congreso disolvió en 1973. “Hay que darle a la gente la oportunidad de cambiar. Si nos ponemos a escarbar el pasado de cada uno, no queda nadie”, dijo cuando se hizo público. Dos décadas después, ya como presidente de la Asociación de Magistrados, Recondo proclamó durante un acto de la Corte Suprema que el reclamo del entonces presidente Néstor Kirchner para que no se siguieran demorando las causas por violaciones a los derechos humanos constituía un “avasallamiento grotesco de la justicia”. La Corte lo respaldó con una declaración sin firma, según la cual el control republicano debe “respetar la honorabilidad e independencia judicial”. Ahora, Recondo encabeza el bloque de jueces, abogados y legisladores radicales en el Consejo de la Magistratura. Además integra la Cámara Federal en lo Civil y Comercial, participó en el sorteo manual de un juez jubilado para fallar en favor del Grupo Clarín contra la constitucionalidad de tres artículos de la ley de medios y su hija Ana es coordinadora de Certal, la entidad de lobby que sostienen los operadores de cable, entre ellos el Grupo Clarín. La lista Bordó de Cabral se impuso por muy pocos votos a la Celeste, que postulaba a la camarista del trabajo Gabriela Vázquez (la primera mujer candidata a ese cargo) y que se propone democratizar la Asociación. Nueve de los once consejeros Bordó son hombres, mientras cinco de los nueve consejeros Celeste son mujeres. Contra la fantasía de Lorenzetti sobre una judicatura monolítica, los celestes no asistieron a la comida de fin de año de la Asociación, en disidencia por la invitación a representantes de Certal y a la exclusión del presidente del Consejo de la Magistratura, Manuel Urriza, y el ministro de Justicia, Julio Alak. Los celestes propusieron que la Asociación despojara al presidente de la facultad discrecional para invitar y excluir a quien le venga en gana. La Junta Federal de Cortes y Tribunales Superiores (Jufejus) es conducida por Luis Francisco Lozano, presidente del Tribunal Superior porteño. Antes, fue director de Asuntos Jurídicos de Recondo en la subsecretaría de Justicia del gobierno radical. Cuando asumió en Jufejus, se comprometió a priorizar el trabajo en materia de independencia judicial pero, en flagrante contradicción, encomió el rumbo trazado por el titular saliente, Rafael Francisco Gutiérrez, que es el antimodelo de la independencia: fue designado en la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe por su primo, el entonces gobernador Carlos Reutemann y durante su gestión Jufejus firmó convenios con la Asociación de Aseguradores Argentinos (Adeaa), para que también jueces supremos provinciales pudieran viajar a Fort Lauderdale, Miami y Washington con el pretexto de los cursos de capacitación que dicta la International Judicial Academy(IJA), para jueces de países de Asia, Africa, América y el ex bloque comunista europeo en los que Estados Unidos y sus empresas quieren influir. Esta IJA (del american way) es una organización dedicada a propagar entre jueces de todo el mundo los valores del Consenso de Washington, que identifican democracia representativa con apertura de mercados. La IJA tiene dos sedes, una en Washington y la otra en Buenos Aires, que funciona en la Asociación de Magistrados y está a cargo de Ricardo Li Rosi, juez nacional en lo civil. Sus programas incluyen visitas a los tribunales y a la Oficina de Marcas y Patentes estadounidenses, como ha sido denunciado por la cámara latinoamericana que agrupa a laboratorios que producen medicamentos genéricos. Buena parte de los seminarios a los que asisten jueces argentinos suelen congregar también a hombres de negocios, como el seminario sobre Seguros y Justicia dictado en Washington en 2008 y 2009 para jueces y ejecutivos de seguros de la Argentina; o el programa sobre “Regulación del Gobierno y Justicia” al que asistieron en la capital estadounidense jueces, abogados y ejecutivos de negocios de la Argentina y México en octubre de 2009. En septiembre de 2010 se dictó un curso en Mendoza y San Juan sobre un tema de estricta actualidad: las medidas cautelares. La cuidada página electrónica de la IJA no explica cómo se financian sus costosas actividades, que incluyeron viajes y estadía en distintos países del mundo para 4387 jueces. Pero los cursos son promovidos por las embajadas de EE.UU. y, en la Argentina, por la Cámara de Empresas Estadounidenses, AmCham. Li Rosi tuvo sus 15 minutos de fama en 2007, cuando la Sala A de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil determinó que la responsabilidad por un accidente en un ascensor en el que no se había reemplazado la puerta tijera era compartida entre el consorcio y la nena de dos años que puso el pie donde no debía, por lo cual debió ser operada siete veces. En julio de 2011 el fiscal federal Federico Delgado pidió que se investigara a los camaristas del fuero civil y comercial federal Ricardo Víctor Guarinoni y Santiago Kiernan (dos de los que viajaron con Francisco de las Carreras y Recondo al congreso de Certal), Patricia Barbieri y Ana María Brilla De Serrat por haber dictado resoluciones favorables a Google a cambio de dinero o dádivas. La denuncia por prevaricato y cohecho fue presentada por el abogado de las actrices Virginia Da Cunha y Florencia Raggi que reclamaban daños y perjuicios a Google, en cuyos buscadores online se las asoció con contenidos sexuales. Antes de revocar dos fallos a favor de Da Cunha y Raggi, los cuatro camaristas habrían participado de una reunión en las oficinas de Google, cuya llegada a la sede den Puerto Madero fue filmada por el denunciante. En el video se reconoce a Ricardo Li Rosi, quien reconoció haber asistido, según dijo, para una actividad de capacitación técnica de la IJA. Según la denuncia a cada concurrente a la reunión, Google les regaló una tablet. El juez Sergio Torres y la sala II de la Cámara Federal sobreseyeron a los cuatro magistrados, porque su imagen no aparece en el video y Li Rosi declaró que no participaron de la actividad, típica de la relación promiscua entre magistrados y empresas. La Federación Argentina de la Magistratura (FAM) es presidida por el camarista cordobés Víctor María Vélez, protegido del grupo de penalistas radicales de José Ignacio Cafferata Nores y José Buteler, ministro y defensor respectivamente de Eduardo Angeloz. Como Presidente de la Asociación de Magistrados de Córdoba, defendió los privilegios estamentales, gracias a lo cual el gobernador José De la Sota exceptuó a los jueces de su reformas previsionales. Su antecesor en FAM fue el juez penal de Salta Abel Fleming, a quien el ex diputado de la UCR Fernando Chamorro calificó como “sirviente de la dictadura militar” alegando que aún conserva el estado policial obtenido cuando estuvo a cargo de la División de Investigaciones Científicas de la Policía, donde creó una División de Drogas. Como presidente de la Cámara Séptima de Córdoba, Vélez juzgó a 59 personas por el motín de febrero del 2005 en el penal San Martín. Sólo cuatro fueron absueltos y las condenas ejemplificadoras no exceptuaron a aquellos reclusos que hicieron todo lo posible por pacificar la situación. De la Sota dijo entonces que “los derechos humanos son para los decentes”, y Vélez lo tuvo bien en cuenta como fuente del derecho. El fallo señaló falencias del Estado entre las causas del motín, pero no dio un solo paso para individualizar y juzgar a los responsables de que un edificio del siglo XIX para 600 personas recibiera al triple; de que una cárcel enclavada en el tejido urbano albergara a condenados, más propensos al motín y la fuga, mientras la de alta seguridad construida en Bower se reservaba a procesados; de que los reclusos hubieran manejado ametralladoras y fusiles, que sustrajeron de la armería del penal, donde no deberían haber estado; de que se abriera fuego sin medir las consecuencias y causando ocho muertes.
Si Cabral, Recondo, Li Rosi, Lozano, Fleming o Vélez son los defensores de la independencia judicial, puede anticiparse que el lenguaje será condenado a reclusión perpetua.
viernes, 14 de diciembre de 2012
Algunos radicales...
Gil Lavedra... de honroso desempeño en el primer Juicio a las Juntas, tiene un antecedente poco conocido: Vice Presidente de Asuntos Legales del Grupo Pérez Companc a partir de 1979. No es de extrañar, entonces, que sea un opositor acérrimo al kirchnerismo, y se niegue siquiera a considerar una reforma constitucional que modifique la Justicia, porque eso podría abrir un resquicio a plantear la re-reelección. En sus propias palabras: "Pero éste no es el momento para una reforma constitucional. Cuando la Presidenta termine su mandato, hablamos” (*). No importa si la justicia requiere una profunda revisión, más importante es que no haya riesgos de re-reelección.
Aguad... por favor. Según sus propias palabras "Reformar la Constitución para democratizar la Justicia significa violar la Constitución, porque la Justicia es el contrapoder que defiende a las minorías y nunca puede estar en manos de las mayorías”. Así de claro y directo. Tampoco es de extrañar: Aguad es el miembro del Consejo de la Magistratura que se opuso a nombrar a jueces en lo civil de primera instancia con pliego aprobado, porque "descubrió" que una de las candidatas tiene afinidad con el kirchnerismo.
No hace mucho, el ministro Randazzo tildó de energúmenos a los dirigentes sindicales (el Pollo Sobrero a la cabeza) de la línea Sarmiento que lanzaron un paro absolutamente injustificado.
Creo que Aguad merece un calificativo semejante: con un pretexto nimio traba nombramientos en la justicia, misma que entiende casi como un poder aristocrático. Mientras negocia fervorosamente con Macri.
Creo que el radicalismo debería ser más cauto respecto de quiénes lo integran...
(*) Citado de Página/12
Aguad... por favor. Según sus propias palabras "Reformar la Constitución para democratizar la Justicia significa violar la Constitución, porque la Justicia es el contrapoder que defiende a las minorías y nunca puede estar en manos de las mayorías”. Así de claro y directo. Tampoco es de extrañar: Aguad es el miembro del Consejo de la Magistratura que se opuso a nombrar a jueces en lo civil de primera instancia con pliego aprobado, porque "descubrió" que una de las candidatas tiene afinidad con el kirchnerismo.
No hace mucho, el ministro Randazzo tildó de energúmenos a los dirigentes sindicales (el Pollo Sobrero a la cabeza) de la línea Sarmiento que lanzaron un paro absolutamente injustificado.
Creo que Aguad merece un calificativo semejante: con un pretexto nimio traba nombramientos en la justicia, misma que entiende casi como un poder aristocrático. Mientras negocia fervorosamente con Macri.
Creo que el radicalismo debería ser más cauto respecto de quiénes lo integran...
(*) Citado de Página/12
martes, 11 de diciembre de 2012
Más allá del 7D y de la ley (de servicios de comunicación audiovisual)
Por Juan Godoy (sociólogo, UBA)
“Yo quiero una democracia plena y profunda comprometida, sin privilegios. Porque los sectores minoritarios (...) estoy hablando de ese poder económico minoritario, ultraminoritario y concentrado, que en una etapa se sirvieron de los militares. Por eso tenemos solamente 29 años de democracia, porque vamos a decirlo con todas la letras: no eran golpes militares, eran golpes cívico-militares (...) primero tenían los fierros, los fierros de los tanques, de las Fuerzas Armadas y cuando esto se acabó, tenían los fierros mediáticos”. Discurso CFK. Plaza de Mayo 9/12/2012
A lo largo de su historia el territorio que hoy conforma la Argentina ha tenido diferentes experiencias en relación a su forma de gobierno. Desde la Primera Junta, que en realidad no es primera, pues aparece como una extensión de la revolución española (1808), que se había organizado en juntas, estallando la revolución en mayo de 1809 en el Alto Perú. Ésta caería en saco roto rápidamente. Tuvimos asimismo tempranas experiencias de restricción de la voluntad popular, como la de Bernardino Rivadavia, quien estrechó lazos con los británicos y representaba la burguesía comercial porteña. Esta restricción será una de los factores que acreciente la figura de Dorrego y los caudillos, dando lugar a un proyecto popular que terminará rápidamente con su fusilamiento a manos de intereses espurios. Otra experiencia popular, por citar alguna más, es la del Brigadier Juan Manuel de Rosas que supo defender la soberanía nacional con la Ley de Aduanas, y enfrentó a dos imperios conjuntamente, y a sus aliados internos, cerrado su ciclo con su derrocamiento en Caseros. También tuvimos gobiernos como el de Mitre que sentará las bases de la Argentina semi-colonia del imperialismo inglés, para lo cual eliminó la montonera, a los blancos de Berro en el Uruguay, y finalmente la experiencia industrialista de los López en la guerra fratricida. Entrado el siglo XX llegaría el voto universal (aunque limitado en tanto no votaban las mujeres), con la Ley Sáenz Peña, y emergería el movimiento nacional-popular yrigoyenista, democratizando la vida política, derrocado por el nacionalismo oligárquico haciendo el “trabajo sucio” a la oligarquía pro-británica, y emanando “olor a petróleo”, inaugurando los golpes de estado cívico-militares. Las masas populares harían su ingreso pleno en la vida política nacional un 17 de octubre, en que se sublevó el subsuelo de la patria, dando lugar al movimiento nacional-popular que transformaciones más amplias traería a nuestra nación, rompiendo la condición semi-colonial. Derrocado éste, bombas sobre la población civil mediante, perseguido y proscripto por la oligarquía, dará “por tierra” con las conquistas, con dictaduras (la del 76, sin dudas la más feroz), el menemato y el delarruismo, coronando el ciclo. Realizado este recorrido “a vuelo de pájaro”, acerca de algunas de las diferentes experiencias algunas populares, otras anti-populares en estos 200 años de historia, podemos observar que las primeras se vieron siempre frustradas por la restricción del imperialismo y de sus aliados externos, que podemos sintetizar básicamente en la oligarquía, con sus diferentes formas o instituciones en las que se expresa. Por ejemplo, la instalación de la Corte Suprema, ¡cuando no, durante el gobierno de Mitre! con la tarea de dar garantías al capital extranjero. Siguiendo, podemos ver que no hemos tenido el desarrollo de una vida democrática plena, donde las mayorías populares se expresen, y busquen su forma de organización justamente por estas restricciones. Desde la sanción de la Ley Sáenz Peña, exceptuando el último periodo (1983- actualidad), el más largo fue el de “el Peludo” Yrigoyen con aproximadamente 14 años, seguido por el más plenamente democrático, el de Juan Perón, de aproximadamente 10 años. Pero incluyendo el actual, evidentemente es éste el periodo de vida democrática más largo, con sus recientes 29 años. Observamos en estos años que la democracia, entendida plenamente como el gobierno que conduce según los intereses nacionales, que son los intereses populares, ésta ha tenido momentos más plenos y otros más restringidos. Por ejemplo consideramos, brevemente, que un país con más de 20 puntos de desocupación, y la mitad de su población bajo la línea de la pobreza, si bien la forma de elección sigue siendo democrática, la situación real, entendiendo lo que sosteníamos antes, dista de ser plenamente democrática. Nos interesa reflexionar entonces, brevemente sobre algunos tópicos ligados a éstos, los más largos años democráticos, la relación del poder político con las diferentes corporaciones, y la reciente (ya no tanto) sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y cómo la corporación mediática se posiciona más allá de la legalidad y de la democracia, pensando entonces allende la importancia de LdSCA (que sin dudas es grande). Salida de la última dictadura cívico-militar, la primera experiencia democrática de Alfonsín, se iba a ver frustrada en poder desarrollarse en plenitud, por un lado por la presión de la corporación militar a ser juzgados por el genocidio, por la cual iban a lograr sellar la impunidad por largos años (más allá de la culpabilidad mayor o menor de Alfonsín en ésta, nosotros particularmente nos ubicamos en la mayor – CONADEP en lugar de Comisión Bicameral, Ley de Punto Final y Obediencia Debida entre otras-). Esta corporación militar entonces limita la vida democrática en tanto una nación no se puede desarrollar sobre el olvido y la impunidad. El menemismo con el indulto profundizaría la impunidad, que duraría hasta la gestión Kirchner, torciéndole definitivamente el brazo a dicha corporación. Por otro lado, también se vería frustrada por la presión de las corporaciones económico-financieras, que no “sueltan” los dólares necesarios para paliar la situación de crisis financiera, incrementando la hiperinflación (factor disciplinador de los diferentes sectores sociales). También como ejemplo de la presión de esta corporación económica-financiera podemos tomar la claudicación y el pasaje del Plan Grispun de re- industrialización, a la economía de guerra de Sourrouille, el Plan Austral, el Primavera, Pugliese y Jesús Rodríguez. Estos como ejemplos de la presión y la consiguiente claudicación o acuerdo del alfonsinismo. El menemato estrechó lazos con este conglomerado ligado a la valorización financiera, surgido fuertemente en la última dictadura con la política Martínez de Hoz. Como representante de éste, liquidará la franja de la economía estatizada y prácticamente todo lo que se había conquistado fundamentalmente bajo los gobiernos de Juan Perón. Acá más que presión habría influencia, erigirse como representante de éstos, como con el grupo donde se encontraban Franco Macri, Bulgheroni, Fortabat, Born, etc. que le impondrían varios ministros de economía, inclusive a Domingo Cavallo. De la Rúa, incrementaría esta sumisión- representación del establishment económico, su gabinete compuesto por seis economistas de tendencia liberal es elocuente al respecto. La experiencia del gobierno de Kirchner y luego del de Cristina Fernández, fueron recuperando (aun hoy) diferentes herramientas de política económica que permiten independencia de esta poderosa corporación financiera liga al “viejo país” neoliberal (la desarticulación de las últimas maniobras desestabilizadoras de ésta, se ligan estrechamente a esta recuperación). En 2008, la oligarquía con la corporación que la representa más cabalmente, la Sociedad Rural, haría todo lo posible (destituir al gobierno CFK su horizonte, toda la gama de acciones que se les puedan ocurrir para desgastarlo, y obturar el normal funcionamiento de la patria, las hicieron) para dejar sentado que el poder político no puede o no debe entrometerse con la Renta Agraria Diferencial limitando seriamente la democracia, ya que sabemos hoy, es fundamental para el desarrollo nacional, y la independencia económica. Encontraron un gobierno, que pese a la derrota no amilanó su voluntad renovadora, pero nos preguntamos ¿será posible volver a avanzar sobre la Renta Agraria Diferencial requisito para la liberación nacional? Durante estos años democráticos, otra corporación (ligada estrechamente a todas las demás) se hizo presente pretendiendo condicionar a la democracia, y no dejándola que se desarrolle en plenitud, a saber: la mediática. En los últimos años, a raíz de la puesta en evidencia de ésta, por parte de Néstor Kirchner como un actor político más, y de la sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, ya hace tres años, son muestras evidentes que el gobierno NK-CFK, pretenden limitar el accionar anti- democrático de esta corporación, de modo de fortalecer la democracia. Fortalecerla decimos por dos cuestiones, una dando expresión a las diferentes voces de la patria; y la otra, obturando el accionar desestabilizador de los procesos democráticos de la misma. El accionar de esta corporación mediática (ligada a la oligarquía y al imperialismo –fortalecida sobre la sangre de muchísimos compatriotas-), estos últimos días (con la evidente ayuda de la corporación judicial que merece seguir siendo – en línea con la tarea iniciada en 2003- democratizada), ha dado muestras cabales que pretende no someterse a las leyes emanadas de la voluntad popular, restringiendo el papel de la misma, ubicándose más allá de la legalidad. Entonces entendemos que la disputa va más allá de la fijación del 7D como fecha límite para la adecuación, y de la LdSCA, la importancia se relaciona con el sometimiento de esta corporación a la voluntad de las mayorías populares. La gigantesca movilización popular del 9 de diciembre, viene a dar cuenta de la importancia que el pueblo argentino le ha dado al tema. Así, consideramos que la gran cantidad de carteles, pancartas, banderas, etc. de muchas de las diferentes organizaciones políticas, culturales, movimientos sociales y demás expresiones del campo nacional-popular han dado en “el clavo” de la cuestión, sosteniendo en éstas que el dilema principal de hoy es: DEMOCRACIA O CORPORACIONES.
“Yo quiero una democracia plena y profunda comprometida, sin privilegios. Porque los sectores minoritarios (...) estoy hablando de ese poder económico minoritario, ultraminoritario y concentrado, que en una etapa se sirvieron de los militares. Por eso tenemos solamente 29 años de democracia, porque vamos a decirlo con todas la letras: no eran golpes militares, eran golpes cívico-militares (...) primero tenían los fierros, los fierros de los tanques, de las Fuerzas Armadas y cuando esto se acabó, tenían los fierros mediáticos”. Discurso CFK. Plaza de Mayo 9/12/2012
A lo largo de su historia el territorio que hoy conforma la Argentina ha tenido diferentes experiencias en relación a su forma de gobierno. Desde la Primera Junta, que en realidad no es primera, pues aparece como una extensión de la revolución española (1808), que se había organizado en juntas, estallando la revolución en mayo de 1809 en el Alto Perú. Ésta caería en saco roto rápidamente. Tuvimos asimismo tempranas experiencias de restricción de la voluntad popular, como la de Bernardino Rivadavia, quien estrechó lazos con los británicos y representaba la burguesía comercial porteña. Esta restricción será una de los factores que acreciente la figura de Dorrego y los caudillos, dando lugar a un proyecto popular que terminará rápidamente con su fusilamiento a manos de intereses espurios. Otra experiencia popular, por citar alguna más, es la del Brigadier Juan Manuel de Rosas que supo defender la soberanía nacional con la Ley de Aduanas, y enfrentó a dos imperios conjuntamente, y a sus aliados internos, cerrado su ciclo con su derrocamiento en Caseros. También tuvimos gobiernos como el de Mitre que sentará las bases de la Argentina semi-colonia del imperialismo inglés, para lo cual eliminó la montonera, a los blancos de Berro en el Uruguay, y finalmente la experiencia industrialista de los López en la guerra fratricida. Entrado el siglo XX llegaría el voto universal (aunque limitado en tanto no votaban las mujeres), con la Ley Sáenz Peña, y emergería el movimiento nacional-popular yrigoyenista, democratizando la vida política, derrocado por el nacionalismo oligárquico haciendo el “trabajo sucio” a la oligarquía pro-británica, y emanando “olor a petróleo”, inaugurando los golpes de estado cívico-militares. Las masas populares harían su ingreso pleno en la vida política nacional un 17 de octubre, en que se sublevó el subsuelo de la patria, dando lugar al movimiento nacional-popular que transformaciones más amplias traería a nuestra nación, rompiendo la condición semi-colonial. Derrocado éste, bombas sobre la población civil mediante, perseguido y proscripto por la oligarquía, dará “por tierra” con las conquistas, con dictaduras (la del 76, sin dudas la más feroz), el menemato y el delarruismo, coronando el ciclo. Realizado este recorrido “a vuelo de pájaro”, acerca de algunas de las diferentes experiencias algunas populares, otras anti-populares en estos 200 años de historia, podemos observar que las primeras se vieron siempre frustradas por la restricción del imperialismo y de sus aliados externos, que podemos sintetizar básicamente en la oligarquía, con sus diferentes formas o instituciones en las que se expresa. Por ejemplo, la instalación de la Corte Suprema, ¡cuando no, durante el gobierno de Mitre! con la tarea de dar garantías al capital extranjero. Siguiendo, podemos ver que no hemos tenido el desarrollo de una vida democrática plena, donde las mayorías populares se expresen, y busquen su forma de organización justamente por estas restricciones. Desde la sanción de la Ley Sáenz Peña, exceptuando el último periodo (1983- actualidad), el más largo fue el de “el Peludo” Yrigoyen con aproximadamente 14 años, seguido por el más plenamente democrático, el de Juan Perón, de aproximadamente 10 años. Pero incluyendo el actual, evidentemente es éste el periodo de vida democrática más largo, con sus recientes 29 años. Observamos en estos años que la democracia, entendida plenamente como el gobierno que conduce según los intereses nacionales, que son los intereses populares, ésta ha tenido momentos más plenos y otros más restringidos. Por ejemplo consideramos, brevemente, que un país con más de 20 puntos de desocupación, y la mitad de su población bajo la línea de la pobreza, si bien la forma de elección sigue siendo democrática, la situación real, entendiendo lo que sosteníamos antes, dista de ser plenamente democrática. Nos interesa reflexionar entonces, brevemente sobre algunos tópicos ligados a éstos, los más largos años democráticos, la relación del poder político con las diferentes corporaciones, y la reciente (ya no tanto) sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y cómo la corporación mediática se posiciona más allá de la legalidad y de la democracia, pensando entonces allende la importancia de LdSCA (que sin dudas es grande). Salida de la última dictadura cívico-militar, la primera experiencia democrática de Alfonsín, se iba a ver frustrada en poder desarrollarse en plenitud, por un lado por la presión de la corporación militar a ser juzgados por el genocidio, por la cual iban a lograr sellar la impunidad por largos años (más allá de la culpabilidad mayor o menor de Alfonsín en ésta, nosotros particularmente nos ubicamos en la mayor – CONADEP en lugar de Comisión Bicameral, Ley de Punto Final y Obediencia Debida entre otras-). Esta corporación militar entonces limita la vida democrática en tanto una nación no se puede desarrollar sobre el olvido y la impunidad. El menemismo con el indulto profundizaría la impunidad, que duraría hasta la gestión Kirchner, torciéndole definitivamente el brazo a dicha corporación. Por otro lado, también se vería frustrada por la presión de las corporaciones económico-financieras, que no “sueltan” los dólares necesarios para paliar la situación de crisis financiera, incrementando la hiperinflación (factor disciplinador de los diferentes sectores sociales). También como ejemplo de la presión de esta corporación económica-financiera podemos tomar la claudicación y el pasaje del Plan Grispun de re- industrialización, a la economía de guerra de Sourrouille, el Plan Austral, el Primavera, Pugliese y Jesús Rodríguez. Estos como ejemplos de la presión y la consiguiente claudicación o acuerdo del alfonsinismo. El menemato estrechó lazos con este conglomerado ligado a la valorización financiera, surgido fuertemente en la última dictadura con la política Martínez de Hoz. Como representante de éste, liquidará la franja de la economía estatizada y prácticamente todo lo que se había conquistado fundamentalmente bajo los gobiernos de Juan Perón. Acá más que presión habría influencia, erigirse como representante de éstos, como con el grupo donde se encontraban Franco Macri, Bulgheroni, Fortabat, Born, etc. que le impondrían varios ministros de economía, inclusive a Domingo Cavallo. De la Rúa, incrementaría esta sumisión- representación del establishment económico, su gabinete compuesto por seis economistas de tendencia liberal es elocuente al respecto. La experiencia del gobierno de Kirchner y luego del de Cristina Fernández, fueron recuperando (aun hoy) diferentes herramientas de política económica que permiten independencia de esta poderosa corporación financiera liga al “viejo país” neoliberal (la desarticulación de las últimas maniobras desestabilizadoras de ésta, se ligan estrechamente a esta recuperación). En 2008, la oligarquía con la corporación que la representa más cabalmente, la Sociedad Rural, haría todo lo posible (destituir al gobierno CFK su horizonte, toda la gama de acciones que se les puedan ocurrir para desgastarlo, y obturar el normal funcionamiento de la patria, las hicieron) para dejar sentado que el poder político no puede o no debe entrometerse con la Renta Agraria Diferencial limitando seriamente la democracia, ya que sabemos hoy, es fundamental para el desarrollo nacional, y la independencia económica. Encontraron un gobierno, que pese a la derrota no amilanó su voluntad renovadora, pero nos preguntamos ¿será posible volver a avanzar sobre la Renta Agraria Diferencial requisito para la liberación nacional? Durante estos años democráticos, otra corporación (ligada estrechamente a todas las demás) se hizo presente pretendiendo condicionar a la democracia, y no dejándola que se desarrolle en plenitud, a saber: la mediática. En los últimos años, a raíz de la puesta en evidencia de ésta, por parte de Néstor Kirchner como un actor político más, y de la sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, ya hace tres años, son muestras evidentes que el gobierno NK-CFK, pretenden limitar el accionar anti- democrático de esta corporación, de modo de fortalecer la democracia. Fortalecerla decimos por dos cuestiones, una dando expresión a las diferentes voces de la patria; y la otra, obturando el accionar desestabilizador de los procesos democráticos de la misma. El accionar de esta corporación mediática (ligada a la oligarquía y al imperialismo –fortalecida sobre la sangre de muchísimos compatriotas-), estos últimos días (con la evidente ayuda de la corporación judicial que merece seguir siendo – en línea con la tarea iniciada en 2003- democratizada), ha dado muestras cabales que pretende no someterse a las leyes emanadas de la voluntad popular, restringiendo el papel de la misma, ubicándose más allá de la legalidad. Entonces entendemos que la disputa va más allá de la fijación del 7D como fecha límite para la adecuación, y de la LdSCA, la importancia se relaciona con el sometimiento de esta corporación a la voluntad de las mayorías populares. La gigantesca movilización popular del 9 de diciembre, viene a dar cuenta de la importancia que el pueblo argentino le ha dado al tema. Así, consideramos que la gran cantidad de carteles, pancartas, banderas, etc. de muchas de las diferentes organizaciones políticas, culturales, movimientos sociales y demás expresiones del campo nacional-popular han dado en “el clavo” de la cuestión, sosteniendo en éstas que el dilema principal de hoy es: DEMOCRACIA O CORPORACIONES.
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